sábado, diciembre 31, 2005

Recuerda, Hombre... (2ª Parte)

Así como las blancas palomas vuelan através de infinitos mares del mundo, para llegar finalmente a las arenas blancas del descanso, yo estuve vagando por los infinitos mares de mi mente, para llegar a las blancas arenas de mis recuerdos.

Durante mucho tiempo estuve vagando, caminando en un mundo inconciente, persiguiendo las sombras de mi vida, las que no se dejaban ser capturadas. Por mucho tiempo fui un ente sin pasado, con un presente inseguro, y con un futuro incierto, ya que mi mente, como si estuviera por fuera de mi, se esmeraba por encadenar mis recuerdos, atrapándolos en los más oscuros confines de mi conciencia. Nada me hacía recordar, sólo el perfume dibujaba imágenes borrosas cada vez que lo olía, mas, sabía que algo me hacía falta aun para recordar, pero era precisamente ese algo, lo más difícil de encontrar.

Para ese entonces mi vida se transformó en una misión con dos objetivos: El primero; Lograr trabajar nuevamente en lo que mejor sabía hacer; Perfumes, trabajo que me daría el dinero suficiente para poder lograr el segundo objetivo; Ir a españa, y recuperar a mi amada. Pero he de agregar que ambos objetivos se verían truncados si no lograba antes una cosa; Recordar, si no se sabe lo que se busca, no se sabe lo que se encuentra.

Y mientras mi vida se debatía entre trabajos no muy bien pagados y recuerdos malogrados, fue que me pasó algo, que (y de forma absolutamente inesperada) me haría comenzar a recordar.

Fue mientras trabajaba de barman en un pub que la ví; Era hermosa, y aunque enamorado como estaba de mi amada, había algo en esa mujer que llamaba poderosamente mi atención. Físicamente era alta, de ojos verdes, cabello castaño oscuro, labios carnosos, piel canela, de busto mediano, acorde con su caderas. En fin, los demás detalles no son importantes, porque entre los detalles que acabo de nombrar estaba el secreto, ese que yo tenía que descubrir; Sí, porque yo presentía que había algo en esa mujer, análogo a mi amada, y si lo descubría, ya tendría una pista. Del modo en que la conocí nada más diré, por no tener mayor relevancia, pero lo que si diré es que nos hicimos buenos amigos, cosa cual, yo iba a aprovechar.

Su compañía cierta nostalgia me causaba, la misma nostalgia al ver a los niños "enterrando algo a los pies del árbol en el hospital", por lo que sabía que esa mujer algo de mi amada me haría recordar. Pero, desafortunadamente comenzó a pasar el tiempo, más rápido de lo que yo esperaba, sin obtener el resultado deseado, y eso me entristecía sobremanera, porque no quería tener algo más serio con ella, sin poder recordar a mi amada. Mas, fue lo que quería evitar, precisamente lo que me hizo recordar.

Una tarde en la que estábamos en mi habitación (he de decir que no tenía en ese entonces, para pagar por algo "más") charlando y riendo como siempre, que nuestras miradas se fijaron con ese aire que sólo aparece con el aroma de la pasión, que comienza a encenderse, tras haber estado apagado. El resto es imaginable; Nos besamos profundamente, con la pasión de los amantes perdidos en las sombras del deseo. Y fue cuando a mitad del beso una imagen llegó bruscamente a mi cabeza, un recuerdo que me azotó como el que llegó a mi cuando abrí la botellita del perfume a los pies de mi árbol; Veía una mirada, una mirada que me parecía tan familiar, que de no haber sido por la mujer que tenía en frente, hubiera dicho que era de mi amada, pero todo era confusión, y de nada estaba seguro. Ella notó mi exaltación y me preguntó si me sentía bien, mas mi mente ahora giraba como un trompo, me sentí mareado por unos instantes, y tuve una idea, la mejor desde la creación del perfume.

La tomé de la mano y la llevé hasta donde tenía mi bolso, saqué de él una botellita del perfume y le dije que por favor se pusiera un poco. Pareció molestarse, pero le dije que era necesario y no porque ella oliera mal, traté de explicarle de la mejor forma que mi mareo me permitió, que si ella lo usaba yo recordaría detalles de mi vida, que había perdido. Al hacerlo omití a mi amada por miedo a que se enojara y desistiera, mas salió de su molestia y al oler el aroma, no dudó dos veces y lo aplicó. Al momento de hacerlo, y sentir nuevamente el perfume la tomé y la besé como hacía mucho tiempo no besaba. Al hacerlo el recuerdo que hace un rato tuviera pareció volver, pero ahora totalmente nítido; era una mirada; dos ojos que me miraban. Podía ver esos ojos, y saber que eran de mi amada, la mujer con la que estaba tenía los ojos verdes, y los ojos de mi recuerdo, es decir, los de mi amada, verdes eran también. No podía equivocarme, el recuerdo era absoluto, ya tenía la certeza de haber recordado algo de mi amada, y ahora, no lo iba a olvidar.

A la mañana siguiente y con más calma pude reflexionar acerca de los hechos del día anterior. La mujer con la que estuve me producía cierta nostalgia que ninguna otra mujer me había producido antes. (He de decir que luego de marcharme de la ciudad devastada conocí algunas mujeres, pero con ninguna había sucedido lo recién contado.) Y fue luego de hacerla usar el perfume y besarla, que el recuerdo me abordó de la forma más clara que puedo precisar. Esa situación me hizo pensar que si podía encontrar a otra mujer con la que sintiera aquella nostalgia, y hacerle usar el perfume, me entregaría a cambio un recuerdo, que me acercaría cada vez más a mi amada. El método parecía insostenible, pero yo era sistemático, y no permitiría que mis recuerdos escapacen otra vez.

Así que decidido abandoné esa ciudad y volví a vagar, para seguir buscando. Me asenté en un pueblo un poco más chico que el anterior, pero que según los entendidos, estaba en crecimiento, y se necesitaba gente para su desarollo. Fue ahí entonces, donde pude echar raíces otra vez, y luego de mucho tiempo; En el arte de los perfumes. Con el dienero que ahorré en el par de años, de diversos trabajos que realicé, pude alquilar una habitación, y hacerme de todo lo necesario para la creación de aromas y fragancias. En ese arte yo era dueño y señor, por haberlo aprendido todo de una familia de generaciones en la perfumería. Con mis primeras fragancias hice pruebas en todas las perfumerías del lugar, quedando aceptado en todas. Opté entonces por la que mejor pagaba y mi vida comenzó a mejorar.

Con mi nuevo trabajo y mi nueva reputación, no me era difícil estar cerca de hermosas mujeres, es más, era una cosa casi matemática, que las mujeres llegasen a mí, estando en la mejor perfumería y con modestia, con el mejor perfumero. Mas ninguna me hizo sentir esa nostalgia que luego del desastre, solo había sentido dos veces. No hubieron nuevos recuerdos, lo que comenzó a bajar mi moral, mas, el único recuerdo certero que tenía, lo trabajaba día y noche, para no olvidarlo; Esos ojos verdes...

Ya casi se habían agotado mis esperanzas, y mis ganas de mudarme a otro sitio comenzaban a llegar, cuando una mujer desconocida entró en la perfumería. Era hermosa también, nunca la había visto y su visita (inesperada por cierto) vaticinaba buenas noticias. Me apresuré en ganarla, y atenderla personalmente. Mientas le mostraba los perfumes, le hablaba amistosamente, y en una oportunidad le pregunté que "¿porqué nunca la había visto?", a lo que dijo que era nueva en ese lugar, que se había mudado ahí por las mismas razones que yo, y es que en un sitio en crecimiento, sobran oportunidades. Inmediatamente sentí simpatía por esa mujer, y rápidamente nos hicimos amigos. Ella no era tan alta, tenía el pelo rubio y no muy largo, ojos oscuros, piel blanca, muy suave, un suave que contrastaba con la piel tersa de la mujer anterior, labios finos, de busto un tanto más notorio que el anterior, pero que hacía juego a su cintura y a la armonía de su parte baja. En fin, ella era en síntesis, muy hermosa, y de a poco comencé a ganarme su amistad.

Como en ése pueblo yo era el único conocido de ella, un día quedamos de acuerdo de salir a pasear, oportunidad que evidentemente yo no perdería para sacar de ella, algo más que una amistad. Hicimos de todo lo que gustan hacer los amantes cuando comienzan su vida amorosa; fuimos a caminar, nos tomamos un helado, vimos volar a las palomas, e incluso quisimos ir al cine, pero aun no terminaban de construirlo, por lo que la idea fue reemplazada por un atardecer en el parque. La cursilería de aquella tarde era proporcional al grado de satisfacción que su compañía me brindaba. Rápidamente comencé a sentirme capturado por esa mujer, y de a poco comencé a darme cuenta que esa nostalgia volvía.

No quería tener nada sexual con ella, ni mucho más. Era el recuerdo lo que yo quería, y para evitar tener que conocerla aun más, astutamente aproveché ese grato momento a la luz del arrebol primaveral, que con su tenue salmón en el cielo, hizo más que perfecta la oportunidad. le dije: "...Éste perfume tiene especial significado para mí, no se encuentra ni en la más sofisticada perfumería del mundo, porque lo hice yo, con mis propias manos, para que lo usara una persona que era la más importante para mí. Pero como esa persona ya no está en mi vida, y tú eres la única persona que me acompaña en éste momento, yo te lo obsequio..."

Me miró incrédula, pero su vacilación duró solamente hasta que abrió la botellita y hubo olido el aroma. Al hacerlo, y aplicarse la fragancia, cerró los ojos, y acto seguido me tomó como por instinto y me besó apasionadamente. Durante lo que duraba el beso, otra vez sentí mi cerebro elevándose hasta el punto de ebullición, casi pude ver las neuronas desordenadas tratando de precisar una imagen desorvitada, que la situación le provocaba. Casi domenzó a dolerme la cabeza cuando por tercera vez, sentí esa explosión en mi mente; Un nuevo recuerdo había sido obtenido. Sí, era esos labios, finos, suaves, delicados, lo que me besaban son más contemplación, ayer era una desconocida, y hoy mi amada... ¡NO!, voy a volverme loco...

Abrí los ojos para asegurarme y quise ver sus ojos verdes, pero no, ella tenía los ojos negros, una confusión extrema azotó mi cabeza y bajé la vista; ví sus labios, esos labios que hace unos segundo me habían besado de forma súbita, y que de forma súbita dejé de besar. Si, eran los labios de mi amada, mas no sus ojos... todo era confusión, ¿quien era esa persona que estaba en frente mío? ¿qué pasaba en mi mente? ¿me estaba acaso volviendo loco? Cuando sentí el abandono de mi racionalidad, fue que lo recobré al sentir una voz, que no era la de mi amada, porque su voz nunca me permití olvidar. Mas esa voz que me hablaba, me sacó de mi prisión mental.

"¿Estás bien?", me dijo, y cuando la miré otra vez a los ojos supe con quien estaba, traté de respirar un poco, pero el perfume estaba ahí y para no irse. Creo que su aroma me ahogaba, había obtenido un recuerdo, pero la forma fue mucho más agresiva que las veces anteriores. Todo era desorden, miré sus ojos negros y supe que no era mi amada, porque ella tenía los ojos verdes, pero usaba su perfume y tenía sus labios... Traté de apartar la vista... "¿Estás bien?" volvió a preguntar, y era evidente que no lo estaba, me sentía mal, mareado completamente y turbado hasta casi desmayar.

Desperté con un dolor de cabeza horrible, estaba en mi habitación y trataba de analizar lo ocurrido, recordé la escena en el parque, y recordé como había terminado. Aunque no todo era claro, me ví llevando a mi amante a su casa, o quizás ella me llevaba a mí... todo era confuso. Deseché ése recuerdo y lo reemplazé por uno mejor; Labios rojos, finos y delicados. Si ahora ya tenía una idea de mi amada; Recordaba su voz, sus ojos y sus labios, mi cabeza comenzó a relajarse y estructurar a mi amada, comencé a soñar con el reencuentro y me sometí al más placentero de los estados. Pero de pronto me puse a pensar en la forma que esos recuerdos habían llegado, de la manera en que los obtuve y me sentí traidor, me sentí desleal, y aun más, me sentí esquizo; aceptando esa forma enfermiza de recordar. Vi con morbosidad la llegada a mi mente de tales recuerdos y sentí el estado más mórbido de mi mente, al encontrarse con esos recuerdos, despertados a la fuerza, y traidos en su contra. Pude reconocer el daño en mi mente y luego de meditarlo, y con morbosidad, lo volví a aceptar.

Yo era sistemático, sí, mas ese orden que había adquirido amenazaba con destruirme, pero, si era ésa la única forma de recordar, tenía que aceptarla: El plan ya daba sus frutos.

Así comenzó otra etapa en mi vida, una etapa semi enfermiza entre la locura y la razón, y todo por recuperar a mi vida perdida, que me traería de vuelta a mi amada; perdida también.

El como evolucionó mi técnica de recordar, y la forma en que luego perseguí lo último que no se dejaba alcanzar, son cosas de las que en ésta ocación, nada más diré. Aunque aquí estará el desenlace frío, recién sacado del congelador, llamado conciencia, fría como el olvido de un ser amado, qu se trata de recordar...


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Kast 06.



miércoles, diciembre 21, 2005

Recuerda, Hombre...

"Memoria minuitor... Nise eam exerceas".
(La memoria disminuye... Si no la ejercitas)
-Voz latina-


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Fue el día más horrible de mi vida, aquél terremoto devastó completamente la ciudad; devastó completamente... Mi vida. No es algo que me enorgullesca recordar, habiendo tantas cosas hermosas de las que si me quisiera acordar; Mas, no puedo. Ya lo sabrán...

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Me es difícil recordarlo todo con claridad, así que trataré de comenzar por el principio. Fue en la perfumería de mi padre donde yo la vi, éramos niños, se suponía que a esa edad no sabíamos nada del amor, pero cuando la vi, supe inmediatamente que la amaba, y algo me decía que ella a mi, también me amaba. Creo que su padre era amigo del mío, pero eso no es de importancia, lo que importa es que esa amistad creó otra, una nueva amistad, con la inocencia por emblema.

Pasábamos todo el día juntos; como nos pusieron en la misma escuela yo podía ir con ella y regresar con ella, para seguir juntos el resto de la tarde. Si, era maravilloso poder contar con tan grata compañía, eso lo recuerdo a la perfección.

Conforme pasaban los años nuestro amor se hizo más grande, y ya no como un amor de niños, no como un amor de amigos, ahora como un amor declarado de amantes; de enamorados. Para celebrar nuestro primer año estando juntos ya como pareja, quise ofrecerle un regalo único, un regalo que sólo ella iba a usar, y que sólo yo iba a poder disfrutar. Como había aprendido de mi padre el arte del perfume, comencé a trabajar incansablemente en crear una fórmula exclusiva, que sólo una mujer podría usar; Mi mujer.

Demoré bastante en crear esa maravillosa escencia, buscando cada ingrediente, mesclando cada fórmula, atrapando cada aroma; tenía que ser perfecta. Cuando la terminé, sabía que había creado el aroma, que revolucionaría mis sentidos, una vez estando, en la piel de mi amada. Cuando obtuve la primera botellita, guardé en una caja de madera de alerce una pequeña porción de la pósima, y una copia de la fórmula, para entregársela a ella, en alguna ocación oportuna. El lugar que elegí fue nuestro árbol, al cual íbamos a jugar cuando éramos más chicos. En la caja en la cuál cuidadosamente guardé aquél tesoro puse además tierra seca, para conservar el contenido por mucho tiempo; no podía estropearse, ese perfume era mi máxima creación, creado para ser usado por mi máximo amor.

Cuando ella lo usaba, su belleza y su aroma se juntaban, probocándome una catarsis de sentimientos, una explosión de pasión y un desenfreno de emociones, que nada podía controlar, y aun así; que yo no quería controlar.

¿Porqué explico todo esto? creo que tendrán suficientes explicaciones en el transcurso de ésta historia, y suficientes razones por lo demás, para seguir leyéndola...

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Cuando llegó la catástrofe, yo no me encontraba con ella, lo recuerdo, porque yo estaba saliendo de una tienda, creo. Todo me es confuso cuando de ese recuerdo se trata. Me puse a caminar para ir a mi auto, cuando comenzó, era el movimiento más infernal que hubiera podido presenciar; el pánico se apoderó de mí, pero traté de conservar la calma, llegué precipitadamente a mi auto, y cuando logré hacerlo partir, y salir a la calle, todo era un caos, mis ojos aterrorizados jamás han vuelto a ver una situación más horrible que aquella, una ciudad derrumbándose como una torre de papel... La gente corría desparramada de un lugar a otro, sin ningún orden visible, los autos casi volaban para salir del caos y en su huida aplastaban a cuanto desesperado se pusiera en frente. Traté de salir del lugar y fué cuando todo se volvió oscuro, no sé si un auto me chocó brutalmente, o si un poste cayó encima del mío, lo claro es que mi día terminó ahí.

Cuando desperté estaba en un hospital, o al menos eso parecía, las paredes agrietadas daban más aspecto de casa embrujada que de hospital, había dolor por todas partes, incluso en mí. Tenía la cabeza vendada, sentía un fuerte dolor en la parte occipital de la misma, y mis recuerdos comenzaron a trabajar esforzadamente para retener alguna imagen; No, no sabía que hacía ahí, me costaba trabajo recordar algo, cuando lo hacía no podía precisar si efectivamente era un recuerdo, o era parte de mi imaginación maltratada.

Al día siguiente hubo más calma, fue ahí cuando recibí respuestas, me contaron lo del terremoto, me dijeron lo que tenía en la cabeza, y me dijeron mi nombre. Cuando supe lo del terremoto recordé lo que les conté hace unas líneas atrás, cuando supe lo que tenía en mi cabeza de mi cuenta de la gravedad del problema, mi memoria andaba mal, muy mal. Y cuando dijeronme mi nombre, pude recordarla... Si; a ella. Fue el recuerdo más hermoso que tuve luego de ese infierno, Y quise ir a buscarla, más no recordaba donde, ni como. Trabajé con mi mente durante toda mi estancia en el hospital para lograr un esbozo de recuerdo, no avanzaba mucho, pero lo que avanzaba me servía, Recordé el perfume; "La escencia única", tan única que me llevaría de vuelta hacia mi amada. Pregunté en el hospital si se habían salvado mis cosas, sabía que en mi bolso tenía una botellita y de recuperarla, el aroma me haría recordar. Si, tenía que recuperar esa botella, tenía que recuperar a mi amada.

Pero no, hay veces que el destino es una porquería, fui ingenuo al pensar que en medio de una catástrofe alguien se iba a preocupar por un bolso, si a penas habían podido sacar al moribundo del interior del auto estrellado.

Estaba atrapado en ese hospital, en esa cárcel que nada bueno me causaba, que sólo desesperación me traía y de nubes llenaba mi mente. Cuando me sentí mejor pude salir al patio, me dijeron que si seguía así podrían darme el alta en unos días. El patio no estaba mucho mejor parado que el hospital, el terremoto había sacado todos los árboles de raiz, y muchos obreros trabajaban laboriosamente por sacarlos de ahí, o incluso, volverlos a plantar.

Mas uno de los árboles quedó en pie, era frondoso, de gran tronco, y de nobles ramas que bien podían sujetar a 10 hombres grandes, el terremoto no pasó por encima de ése árbol, lo respetó, lo dejó en pie. vi a unos niños jugando en él, esa imagen cierta nostalgia me causó, y no sé si por el árbol, o por los niños jugando en él; Quizás eran ambas cosas... Mi memoria no avanzaba mucho.

Pero fue, cuando casi perdía toda esperanza, que lo recordé. En el momento en que los niños realizaban la tentativa de esconder algo a los pies del árbol fue cuando recordé mi propio árbol; Nuestro propio árbol, en el cual hacía un tiempo había escondido una botellita y una copia de la receta de mi pósima del amor. Si, ése árbol era casi tan grande como el del hospital, seguramente había sobrevivido a la catástrofe.

Cuando por fin dieronme el alta, y pude salir a la calle, me di cuenta, y ahora de verdad, de la magnitud del daño, la ciudad estaba desmoralizada; estaba destrozada. Vi el dolor en cada calle en la que caminaba, la muerte a cada paso que avanzaba, el pánico, con cada latido de mi corazón, mi propio pánico al saber que mi amada se encontraba en la ciudad el día del caos, y no saber si había sobrevivido. Mi desesperación aumentaba al no poder recordar con claridad siquiera donde yo vivía, asi que comencé a buscar pistas; Cada casa aunque destrozada que pudiera recordar, cada almacén, cada persona, todas esas pistas, comenzaron a relatarme el camino de regreso a casa. Sabía que si encontraba mi casa, encontraría el árbol, por estar en la parte trasera de la misma. Y sabía que si no encontraba mi casa por estar destrozada, vería de todas formas el árbol, estaba claro, no podía perderme.

Luego de vagar por las calles un día casi entero, me encontré con una mujer que pareció reconocerme, me dió el pésame, y me dijo que lo sentía; Mis padres habían muerto.

La locura casi me invade completamente, además de perder a mis padres, mi casa había desaparecido por completo, lo supe porque la mujer llevóme de vuelta, y pude contemplar la escena. Era más horrible de lo que mi maltratada mente podía imaginar. Me hundí en el más triste de los abandonos, no podía encontrar a mi amada, y mis padres habían muerto. Así que aferrándome a mi última esperanza di un rodeo a los escombros y fue cuando vi la sombra imponente que se dibujaba delante del sol del atardecer, una sombra delante mío, que hacía el ademán de abrazarme en su protección, ahí fue cuando mis recuerdos comenzaron a moverse por instinto, y por instinto también me acerqué a la sombra, y como un niño que abraza a su padre luego de años de ausencia, yo abracé a mi árbol, ahora, mi única compañía.

Luego de permanecer aferrado a él durante unos minutos, sequé las lágrimas que caían de mis doloridos ojos, y casi como si el mismo árbol me lo indicara me puse a remover la tierra que estaba justo debajo de mis pies. Luego de unos instantes de escarbar la tierra con mis manos, y romperme las uñas, ellas se toparon con un obstáculo, algo duro, como la madera de mi árbol, pero más húmedo. Saqué ese obstáculo que me había hecho sangrar los dedos y lo reconocí inmediatamente; era mi cofre, era la llave para abrir la puerta de mi memoria. Cuando logré abrirlo y sacar su contenido, me di cuenta que la tierra que tan diligentemente había puesto para mantenerlo en buen estado, había cumplido su labor a cabalidad, guardé celosamente la receta y procedí a abrir la tapa de la botellita.

Cuando sentí nuevamente ese aroma único el recuerdo que llegó a mí me atropelló en la más brusca de las formas, tan brusco fue que me pareció suave, al deletrear cada imagen en mi mente. Recordé muchas cosas, y las memoricé; resultaba el método, mas no tanto como yo hubiera esperado, aun había algo que no recordaba, y era la forma física de mi amada, me costaba trabajo recordar su figura, su pelo, su color, sus ojos, su estatura, algo me hacía falta, y eso me enloquecía, por que recordaba su voz, recordaba sus pensamientos, recordaba su amor, y recordaba ahora y más que nunca, su perfume. Traté de calmarme, di una media vuelta y entre la oscuridad de la noche vi las ruinas de lo que fuera mi casa, me acerqué a ellas y vi con tristeza que todo había caído, imaginé a mis padres caer ahí también, puse los pies "dentro de mi casa" y aunque estaba oscuro, pude darme cuenta que había una pared que no había caído. Habían pasado ya muchos días desde la catástrofe, la ciudad estaba en reconstrucción y mucha gente se estaba mudando de ahí, las faenas de demolición y reconstrucción aun no llegaban a ésta parte de la ciudad, por lo que pude ver esa pared, casi milagrosamente en pie.

Cuando pude acercarme y apreciarla mejor, (aunque la oscuridad no me permitiera ver los detalles) pude determinar que se trataba de la pared mi habitación, por el sentido que llevaba y la ubicación que tenía con respecto a la calle, (visible ahora, desde cualquier punto de mi casa) asi que como no tenía donde ir, me apoyé en contra esa pared (que como dije era la de mi habitación) y como había estado en movimiento y sin comer nada durante todo el día, el cansancio y la fatiga, hicieronme dormir profundamente.

A la mañana siguiente el sol me despertó, era temprano, y cuando me puse en pie, pude ver los detalles de la pared que la noche anterior, la oscuridad me habían prohibido. ¡Imagínense mi impresión al ver lo que estuvo conmigo toda la noche a mis espaldas!. Cuando vi las letras, supe de inmediato que ella había estado ahí, era su caligrafía, era obio, ¡ella si había sobrevivido!, y al no encontrarme escribió ese mensaje en mi pared, de paso, la única que había quedado en pie. Mas la alegría duró poco, al ver con amargura lo que estaba escrito en el muro:

"Amor mío, no puedo saber desde aquí si has sobrevivido, ésta angustia está matándome y la deseperación por no saber donde estás, se incrementa con saber que nos mudamos de aquí.
Mi familia y yo nos vamos del país, dicen que vamos a españa, a una locación llamada "manises", donde mi padre tiene unos negocios, no se exactamente donde estaremos, ni por cuanto tiempo, pero creo que ellos no quieren volver, tampoco sé si tu has sobrevivido y aun menos si seguirás aquí una vez que ésto acabe, pero te juro por nuestro amor que nunca te olvidaré, y que donde quiera que esté, te estaré esperando..."

Era claro, con mi amada en españa y yo aquí, solo, desterrado, quebrado económicamente, y con un problema en mi memoria, resultaba casi imposible un reencuentro, pero yo no pensaba igual, sabía que si me esforzaba, podría alcanzar nuevamente la cima en el éxito; sabía que si me esforzaba, podría alcanzar nuevamente, la cima de mis recuerdos; y aun, sabía que si me esforzaba, podría alcanzar nuevemente a mi amada, la máxima de mis cimas.

Tenía que empezar de cero, al igual que ésta malograda ciudad, y para hacerlo, no lo haría aquí, ahora comenzaba una historia paralela por llegar a ser otra vez, lo que un tiempo fue, tenía que buscar a mi amada y para hacerlo, necesitaba progresar, asi que decidido abandoné la ciudad, y pasé por cada poblado, estableciéndome a cortos plazos, trabajando en la más variada clase de empleos, para así ganar mis primeros frutos, sabía que si lograba reunir lo suficiente podría comenzar luego a trabajar nuevamente en permfumes, el mejor arte que pudiera realizar, y que me regresaría casi, a mi vida anterior.

Fue de esa forma que comencé a escalar, pero el modo en que comencé a recordar mi vida pasada, para acoplarla a mi vida nueva, es algo que no contaré en ésta ocación, pero ya pronto lo sabrán... No lo olviden...


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Kast 05.

domingo, noviembre 27, 2005

Con los ojos cerrados.

Cierro mis ojos y comienzo a verte...
te sigo con mi mirada ciega a través de los pastos de mi imaginación, flotando como un ángel cruzando las fronteras de lo real...

El viaje fantástico ha comenzado, caminando a grandes pasos, sin miedo a tropezar, sin miedo a caer... refugio... ¿puedes verme? huelo tu aire como un perfume... me da calma, calma...

Así es, no hay nada más allá... así es el olor de la vida, un suspiro de tu boca a la mía, y siento el calor... no te vallas, dame más tiempo, déjame tocarte con las manos de mi pensamiento... aun no...

Te pierdo, mi vista no te alcanza, pero tu perfume no se puede confundir... estás cerca... dame tu mano, y no me sueltes... refugio...

Cierra los ojos, y comienza a verme... comienza a verme... tócame ahora, déjame sentir una vez más el rodeo de tu aire en rededor de mi cuerpo... desnudo... refugio...

¿Dónde has estado?, ¿pórque te hubiste ido?... no, no me respondas aun... bésame, dame a probar el sabor dulce de tu protección... no me despiertes... no te vallas...

Suave... no, es más que eso... indescriptible... una vida es demasiado... ¿porqué debo esperar tanto? no, aun no quiero abrir mis ojos...

¿ya te vas?... otra vez me dejas aquí... sin el beso de la despedida... me das razones para volver a cerrar mis ojos...

Aquí te espero... adiós mi pequeña desconocida...

Ya volveré a soñarte... ya volveré a amarte...

Volveré a cerrar mis ojos y encontrarte... en mis pensamientos... y sentiré tu perfume... refugio...

El miedo ya no existe...


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kast 05... the halfman.



viernes, noviembre 25, 2005

INSANIA...

Voy caminando... siento el frío aire en mi cara, ¿hacia dónde voy?, ah! ya lo recordé, voy donde Miguel, me espera en casa.

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_Aló?
_Hola viejo, soy yo... Miguel... ¿te desperté?. (inseguridad)
_Más o menos... (ironía)
_Rayos, disculpa... eh... Necesito un favor amigo... (preocupación)
_Ah... Bien, dime.
_Puedes venir?
_A ésta hora?
_Sería preciso... (deprimente)


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Está oscuro, y hace frío, y hay maleantes en cada esquina, mmm, situaciones todas que me ponen un poco alterado, y violento algunas veces. Un tipo viene acercándose a mí, directo a mi, "bien (pensé) diga lo que diga, no me importará, lo derribaré rápidamente, y me quedaré con sus cigarrillos, siempre es mejor caminar en las noches frías fumando, y valla, tengo ganas de fumar". Mal asunto, el tipo me miró de reojo y creo que lo espanté, me apresuré mucho pienso, el asaltante casi se transforma en asaltado... Mal asunto; me quedé sin cigarrillos...

A éstas horas nada está abierto, sólo los cuchitriles y covachas de mala muerte, lugar por exelencia de dos tipos de persona, el maleante, y el borracho... Definitivamente; no mi estilo. Al cruzar una calle, y no sé si por que la niebla no me lo permitió ver, o porque el frío apagaba mis oídos y no pude oir, casi me mata un taxi, iba a exceso de velocidad a muy altas horas de la noche... "alguien habrá querido matarlo" pensé, era evidente que no se trataba de un pasajero apurado... No le presté importancia, seguí caminando, y ¡condenado seas miguel, porque vives tan lejos! obligado estoy a pasar por un potrero malsano, un llano que muchos usan de vertedero, y algunos otros incluso de "habitación". Miré a la derecha, y de entre las sombras vi a una pareja haciendo el amor frenéticamente, uf, "no pudieron esperar hasta su casa", me dije, Tampoco les presté importancia a esos dos, no era mi problema.

Bien, ya casi llego, aun tengo ganas de fumar...

La luz del piso inferior estaba evidentemente apagada, sólo había una pequeña luz y bastante débil en el piso superior. Para no alarmar a los vecinos arrojé una pequeña piedra al cristal desde donde se veía la luz, Vi la cara de miguel, más sombría que lo habitual, y bajó para abrirme la puerta.

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_Bien, ¿cuál es el problema? -dije yo-.
_Viejo, estoy desesperado, -dijo él con aire sombrío y mortuorio-, necesito de ti un favor, y creo, y espero, sea el último que me hagas.
_Es evidente que necesitas ayuda, y evidente es que yo te la daré sin pensar, dime.
_¿Ves esto? -sacó un revólver calibre 38 especial, un arma grande para quien no entienda-.
_Un revólver claramente. ¿qué tiene que ver?
_Todo tiene que ver viejo... -lágrimas en sus ojos-. Amigo mío, vas a tener que matarme.

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Todo era casi normal hasta ese momento, en algunas otras ocaciones ya me había levantado muy tarde para auxiliar a mi camarada, y sacarlo de los más variados apuros. Pero esto; esto desencajaba, había algo que andaba mal, y que Miguel no me había dicho, o no quería hacerlo. Él es más tranquilo que yo, de los dos él encarna mejor la tranquilidad, aunque a veces se altera demasiado, y no hay quien lo saque de su estado, ni siquiera yo, y es ahí cuando se mete en problemas, y es ahí cuando yo lo salvo, y es ahí, cuando caminando en las noches frías me dan ganas de fumar, y termino siempre sacándolo de su apuro. Pero esa noche no pude fumar; definitivamente... Algo andaba mal.

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_¿Qué idiotez es ahora viejo? -pregunté con la más patética tranquilidad-.
_¡No es ninguna idiotez! y ojalá lo fuera... -respondió con la más verdadera deseperación-.
_Vamos! no hay nada tan grave como para morirse, cuéntame, ¿qué es ahora?
_Sin preguntas viejo, no te quiero involucrar, no en ésta... No tengo escape, sólo la muerte puede salvarme amigo... Por favor, dispárame... ¡Dispárame!
_Aaah! Por los mil demonios! ¿Que pasó ahora? ¿Porqué no me puedes contar? ¿Porqué te quieres morir?
_Maldita sea, no es que yo quiera, pero no hay más remedio, amigo, tiene que ser así, ya lo tengo todo arreglado, va a parecer un homicidio, tu no serás culpable, tengo todo planeado para que no seas culpable, pero no me preguntes nada, ponte estos guantes y luego llévate el revólver, y lo dejarás tirado en el llano...
_Basta! -le interrumpí- ¿Porqué viejo?, ¿porqué me haces esto?, sabes que no te mataría... ¿porqué yo? -era evidente ahora mi propia deseperación-.
_Porque siempre me has salvado de mis problemas sin dudar, y ahora, no tiene que ser diferente, viejo, si he de morir, quiero morir de la mano de mi mejor amigo, no de unos maleantes, o de una muerte insegura o dolorosa... Prefiero que tu pongas fin a esto, viejo, por favor... Ahora eres mi única salida...
_No Miguel, no te voy a matar, por muy arreglado que esté, por muy inocente que pueda parecer, yo sabré que soy culpable, y no podría vivir con eso, además no me das motivos, no me cuentas nada...
_¡Porque no puedo maldita sea! -me interrumpió- no debo meterte en ésta más de la cuenta. Y ya sabes demasiado. Amigo, por favor se acaba el tiempo... Hazlo, ¡mátame ahora! tú sabes como hacerlo, hazlo rápido, en mi cabeza... Todo acabará en un minuto...Tu serás inocente y yo seré libre...

**********

Casi me convenció... si; casi... Pero era evidente que yo no lo iba a matar, asi que decidido ya a hacer lo que según yo era lo más sano, frente a toda esa situación malsana, le dije; "viejo, no haré nada si no me cuentas nada", mira, relájate, y mañana hablamos, ah, me llevo el revólver... Mañana nos vemos amigo". Iba abriendo la puerta para retirarme, pensado en que lo había convencido y que se había calmado. Pero Miguel estaba decidido, al igual que yo. Me gritó antes de salir; "¡Mira, si no me matas ahora, yo mismo lo haré, me suicidaré de todas formas!", al decir eso, me hizo vacilar, le dije de la mejor forma que pude; "Si te matas tu mismo, yo pondré también el revólver en mi cabeza y me la volaré, y te perseguiré hasta el infierno para castigarte, asi que no harás nada, ¿escuchaste?, ¡o los dos vivos o los dos muertos!, y no tengo intenciones de morir". Dicho eso cerré la puerta por fuera, y emprendí el camino a casa, la noche aun no aclaraba y seguía con una niebla espesa.


**************

Iba pensando en miguel, en la locura que quería que yo hiciese...¿Cómo por los mil demonios se le pudo ocurrir semejante idea?, ¿En que líos estaría metido ahora?, ¿Porqué no contarme?, ¿Se suicidaría finalmente?. Mil preguntas me acosaban injustamente en una noche larga, y fría, y el no tener ni un cigarrillo ni una respuesta me enloquecía. Ya sentía el fervor en mi sangre, cuando obtuve por fin una respuesta... "jejeje, Miguel es tan cobarde que no se atrevería a suicidarse ni aunque le ofreciran una vida mejor". Sí; Todo estaría bien...

Mentira... No lo estaría.

Un automóvil pasó muy cerca a mi, y todos los de el interior me miraron con una cara de "no nos reconozcas o morirás"... Mal asunto... Los reconocí. Iban en dirección a la casa de Miguel, y fue cuando se empezaba a alcarar el asunto. Si era ese el problema de miguel, era grande, ¿Porqué no me lo dijo?, hasta yo hubiera querido morir si me hubiese enredado con esos tipos... Aunque nunca lo hubiera hecho... Y Miguel tampoco; Él los conocía y sabía de quienes se trataba... Pensé, "si eso es, debo volver"... Y maldita sea su estampa; Volví.

Cuando llegué otra vez donde miguel me sentía estaba cansado, porque corrí con todos mis esfuerzos para llegar antes que ellos, pero no; "Cuatro ruedas" corre más rápido que "dos piernas"... Ellos se bajaron del auto, y llamaron a Miguel, evidentemente Miguel no contestó, y aquí viene "lo bueno".

Entraron a la mala en la casa de Miguel, eran cuatro, era difícil, asi que decidido, me acerqué a la casa de Miguel, y vi que el "cuarto" se quedó haciendo guardia, "maldito seas hijo de puta, hagas lo que hagas, no me importará, te derribaré rápidamente y me quedaré con tus cigarrillos"... Bien, el maldito tenía cigarrillos; Pero no había tiempo de fumar... Y eso me enloquecía...

Cuando entré en la casa, Miguel estaba tirado en el suelo con la cara destrozada, sangrando, y respirando su propia sangre... seguía vivo, y eso es lo que importaba. Un tipo enorme tenía manchada su bota de sangre (el matón), y los otros dos estaban sentados (los jefes seguramente), creo que esperando respuestas. Cuando me vieron entre la oscuridad me dijeron "¿Charly?" y yo les dije con esa patética calma; "Charly fumaba buenos cigarrillos", saqué el revólver de miguel, que hasta el momento no había sido disparado, y maté al maldito gigante que había estado golpeando a mi camarada, luego apunté a los jefes, matando a uno, pero el segundo fue más rápido; me disparó primero, con la bala en el pecho, cerca del corazón, caí al suelo y creí morir... pero no; no podía morir, no aun.

En el suelo ya, y casi muerto, reuní mis fuerzas y traté de apuntarle al desgraciado, el que estaba de pie frente a mi, y con un golpe de puntapié, certero en mi mano, hizo volar lejos el revólver; Era claro, estaba perdido, pero como de milagro, y por primera vez en su vida, Miguel me sacó del aprieto, ¡Grande miguel!. El muy desgraciado maleante me dijo "haz cometido el peor error de tu vida, ahora morirás por imbécil", y cuando se aprestaba a disparar, Miguel lo tumbó con el teléfono... una ironía, la herramienta que comunicaba a Miguel con su salvador, fue usada por Miguel mismo, para salvar al muy mal "parado" salvador. Luego, cuando vi al mafioso en el suelo, Miguel me ayudó a pararme, y yo sin pensarlo, fui a recoger el revólver, para acabar con el maldito...

*************

Recuerdo que Miguel me dijo "eres un estúpido obstinado, era más fácil matarme que hacer todo esto, nos hubieras ahorrado muchos problemas, ahora... Los dos estamos en esto, perseguidos por lo más crueles maleantes de todo el estado, y tú, tú no debías estarlo viejo..." Las ganas de fumar me hacían difícil entenderlo todo, le pedí fuego para prender los cigarrillos que tan amablemente "Charly" me había regalado, y comencé a calmar del dolor de mi pecho... Si; fumar, un placer de noche fría... Fue ahí cuando le contesté; "Viejo, prefiero andar caminando libremente en noches frías, siendo perseguido con "justicia", por haber hecho justicia, que vivir encerrado en mi covacha noche a noche con el temor de ser agarrado finalmente por mi mente enloquecida... ¡Y que diablos! Nada sería peor que eso".

Si, era claro, estaba condenado de todos modos... Total, de algo hay que morirse, ¿Qué más importaba? ¡ja! Había salvado a mi amigo otra vez, que irónico... "Un final feliz"...


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Ah!... Una cosa olvidé preguntarle... ¿Porqué se metió en ese lío?...




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kast 05.

sábado, noviembre 19, 2005

...Basta, ya no más...

YA NO MÁS!!

No quiero caer otra vez en la oscuridad...
porqué?!, porqué?!, porqué?!...
sólo preguntas sin respuesta...

Aun no entiendo como la familia, como una madre, puede llegar a destruir tanto a su propia hija, a su propia sangre... Escribir historias ya no me es suficiente para contener el odio...
Esto es real, tan real como la vida misma... ¡Cómo un padre puede hacer tanto daño!

No quisiera ver sueltos a mis personajes mórbidos en mi realidad... pero ya están apareciendo de sus celdas enmarcadas...

¡DÉJENLA TRANQUILA! ¡SÓLO LA HACEN SUFRIR!...
NO... Ellos jamás leerán esto, así como jamás se darán cuenta...

...Lo juro, si le llegas a hacer algo, si sólo la tocas, si sólo piensas en hacerle daño otra vez,
YO; yo mismo, y con mis propias manos te destruiré. Me olvidaré de mi futuro y de todo lo bello que quisiera tener, y me convertiré en asesino...

"Vale la pena vivir por ella, morir por ella, e ir al infierno por ella"...

Si hasta el día de hoy ustedes han sido videntes ciegos que-no-quieren-ver, yo estaré ciego ante ustedes para tomar lo que ella merecía... en éste momento los maldigo...

Sé que te puedo salvar, sé que te puedo sacar de ahí, sólo necesito algo de tiempo...

No permitiré que nada de eso se haga realidad...

Yo te amo, y no te abandonaré.

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Emerson Geissbühler, kast 05.


domingo, noviembre 06, 2005

Ex Post Facto... "Víctima"

***se hace necesario, para comprender a cabalidad el propósito de ésta historia, leer la primera parte, "un-miserable"***

("Luego de haberlo hecho"... parte segunda)


Sonó el despertador a las seis en punto de la madrugada, era la hora exacta; no había dejado el reloj adelantado en 15 minutos como suelo hacerlo, no, ese día todo tenía que ser exacto.

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Me había estado llendo bien en la empresa en el último tiempo, es más, creo que he ido subiendo rápidamente en la escalera del éxito. Antes todo era distinto, yo no trabajaba, era sólo una dueña de casa y "madre de familia" más, y gustaba de serlo, porque tenía una maravillosa familia, compuesta por mi amoroso esposo, y mi adorable hija. Pero, un día, todo cambió abruptamente.

Íbamos por la carretera de noche, noche lluviosa, cuando desbarrancamos violentamente; yo aferré fuertemente a mi hija contra mi pecho, y mi esposo nos aferró fuertemente a ambas; contra la vida. Mas, en su tentativa, al salvarnos de las garras de la muerte, entregóse a si mismo al cielo, lléndose así temprana, triste e inesperadamente.

Desde ese día, mi pequeña niña y yo, quedamos solas, mas no abandonadas; nos teníamos mutuamente, y con la fuerza que yo sentía, que mi esposo desde su lecho nos brindaba, pudimos salir juntas adelante, yo le doy educación, comida y amor, y ella me retribuye en amor, pero por sobre todo en esperanza.

La necesidad me hizo poder hacer realidad mi deseo de estudiar, que tuviera en mi juventud, para nada lejana. Sueño aquél que había dejado, al tener mi familia, en fin, al tenerlo todo. No se porqué, pero siempre me gustaron las Relaciones Públicas, y tenía talento. Para costear mis estudios trabajé duramente en los más diversos empleos, obligándome a dejar a mi niña en custodia de una anciana conocida, la cual no me exigía mucho, pero por su edad, yo estaba obligada a no atrasarme nunca, lo que en variadas ocaciones me produjo más de algún problema, por lo demás, no quería solamente pasar mi tiempo afuera, también me gustaba invertirlo en mi hija, la cual ansiosa me esperaba, y disfrutaba cada vez que salíamos a pasear.

Una vez que obtuve mi carrera, no me costó encontrar trabajo, gracias a mi talento en lo que me gustaba, y creo además que mi gran atractivo físico, ayudó sobremanera, asunto cual, asumí sin vanidad. Gracias a ese trabajo podía pasar más tiempo con mi hija, y como de a poco comencé a ascender, en poco tiempo más, iba a tener dinero ya suficiente para mudarnos y comenzar una nueva vida.

Esta oportunidad se me presentó la vez que mi empresa se prestaba a firmar un importante acuerdo con una empresa extranjera, pero todo dependía en "cuanto" los convencía el relacionador público, es decir: Yo.

Ya tenía mi más importante trabajo, mi más importante oportunidad, ahora, iba a aprovecharla...

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Cuando me levanté sentía por primera vez en muchos años, ese nerviosismo propio, que sentimos cuando nos preparamos para hacer algo, que definirá nuestro futuro, y ese "algo", para mi ya había llegado; otra vez.

El día se presentó hermoso, fiel muestra de que mi destino estaba conmigo, y creo que difícilmente adán y eva se hubieran servido de un día más hermoso que aquél al ver el cielo azul de la creación. si, todo estaba a mi favor, nada arruinaría mi día, todo saldría bien.

Para la ocación tenía que verme radiante, para lo cual hice valer mi femeneidad en toda su expresión; hice uso de mi mejor vestido, arreglé cuidadosamente mi cabello, maquillé mi rostro, usé mi mejor y más cautivante prefume, en fin, todo lo necesario para apoyar mi charla y convencer a esos empresarios extranjeros.

Luego de despedirme de mi niña (y de haberme deseado suerte de la más tierna de las formas) salí en camino de la victoria que tanto había esperado.

Demás está decir, que todo salió a la perfección, mi convicción fue recompenzada con creces, se firmó el acuerdo, hice más poderosa a mi empresa, y de inmediato recibí un ascenso, desde ahora mi vida cambiaría por completo, y podría darle a mi hija, la mejor vida que todos mis logros bien podían ofrecerle, ese día fue el más importante de mi vida, pero por causas que ignoro, al final de aquél, algo, parecía no ir tan bien.

Lamentablemente por imperativas causas de trabajo, ese día tuve que retrasarme más de lo común, mucho más. Tuve que quedarme ordenando todo el papeleo, arreglando las cuentas, preparando todo para los extenuantes días que se acercaban, en fin, preparando el camino, para mi nueva vida.

Cuando salí de la empresa ya era muy tarde, demasiado diría yo, y una niebla mortuoria cubría la ciudad que radiante había estado durante el día, ese signo no me gustó, pero no le presté importancia, la emoción de lo que se acercaba, impidió que esa niebla nublara mis pensamientos.

Para llegar rápidamente a mi casa tomé un taxi, que comenzó normalmente el trayecto, pero de pronto el taxista tomó una dirección que yo creí incorrecta, y cuando traté de corregirle, me miró con ojos llenos de mala intención, y trató de tocarme, y al impedírselo, golpeándolo con mi cartera, detuvo el taxi, y comenzó a insultarme, sin dudarlo abrí la puerta y traté de bajar, pero el taxista tenía aferrada mi cartera, cuando decidí que era mejor dejarla, el hombre me agarró de las manos, entonces desesperademente le grité "¡suélteme por favor!... mi hija me espera!, debo llegar!", y acto seguido apareció de la nada un hombre, de aspecto vagabundo, pero bien parecido, y muy fuerte a pesar de su estado. El hombre me quitó de en medio y golpeó sin pensarlo al taxista, el cual se marchó de inmediato.

Le agradecí de mil formas al hombre que valientemente me salvó de cuan inseguro destino, y le expliqué lo que había sucedido, de la mejor forma que mis nervios me lo permitieron: "ese taxista era un sinvergüenza, y yo tengo que llegar a casa porque mi pequeña niña me espera, y ahora, en éste sitio, no sé como llegar". Dicho esto el hombre me dijo que conocía el lugar (bastante lúgubre y desconocido por mí) y al explicarle donde estaba mi hogar, asintió y dijo que no estaba lejos, que si no me importaba él me podría llevar a pie hasta allá. Semejante acto de buena caridad resultaba inverso a la situación, una persona pobre ayudaba a una que no lo era.

Pero yo pagaría caro ese favor...

Él me dijo que conocía un atajo por el que llegaríamos más rápido, yo sólo pensaba en mi hija, que sola a esas horas no podía estar, y le creí. Mal asunto... cambiando otra vez el rumbo me encaminó hacía un llano, muy oscuro por lo demás, vacilé un momento, y al ver esto, el hombre me sujetó, para no volverme a soltar. El hombre que tan bueno se viera, transformóse de pronto, veíase como una bestia y me obligó a obedecer, mientras me tiraba hacia un apartado traté de convencerlo usando mi horrorizado talento, le dije: "no es por mi vida que le pido, la cual no merece ser tan defendida, es por la vida de mi hija, que sola en éste mundo ha de quedar". Fue inútil, él me dijo "Muy poético eh!" y siguió avanzando.

¡NO POR FAVOR! NO LO HAGA, NOOO, SUÉLTEME! MI HIJA!...

Mis gritos de desesperación parecieron enfurecerle más, y acto seguido rompió mis vestidos despojándome además de toda prenda que llevaba, y así, desnuda frente a un demonio grité aun más y fue cuando recibí el golpe; comenzó a violarme y sin poder aguantarlo perdí el conocimiento.

En todo ese momento no dejé de pensar en mi hija, y con tristeza cargada, pensaba en que todo lo que había construido, se veía ahora detrozado irreparablemente, destruido por un desconocido. Hay veces en que el destino nos muestra una cara, pero luego se da vuelta, mostrándonos de la más cruda de las formas, el más crudo de los sellos, a veces y lamentablemente no hay forma de escaparse del destino y ese día quedó demostrado en mi, golpeada y violada, apartada de mi hija, y arrebatada violentamente de la vida.

"A los siete años la vida es un milagro", ¿cómo lo hará ahora mi hija para sobrevivir sola en éste mundo al que yo llegué a amar? ... todo se apagó.

Estoy acostada, todo parece tranquilo, siento mi cuerpo adormecido, hay paz, abro un poco los ojos y veo una luz, pero no puedo precisar si es una luz hecha por mano mortal, o inmortal, ¿dónde estoy? siento la voz de mi hija hablándome, llamándome... Yo; me voy quedando dormida.

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kast 05.

viernes, noviembre 04, 2005

Ex Post Facto... "Un-Miserable"

("Luego de haberlo hecho"... parte primera)


Me levanté aquella mañana, y vi el techo; el mismo que vengo viendo desde hace tantos años... si, sigo siendo el mismo; un perdedor.

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Nunca obtuve la respuesta de porqué la vida me quiso tan miserable, lo único que he hecho en éste mundo, y no quiero dar lástima; es estorbar. ser pobre no es pecado, lo sé, pero ser miserable quizás ya sea una imprudencia, una que en mi caso, puede llegar a ser fatal.

No me considero del todo feo físicamente, y mi cuerpo (aun) se mantiene en buen estado de salud, pero con todo, nunca encontré un trabajo, y hasta el día de hoy, sigo pensando que no fue porque no lo pudiera hacer, sino que nunca me lo quisieron dar... si, soy yo.

Cuando sentí que la ruina invadió mi vida por completo, fue que empecé a caer en la oscuridad más negra; en el vacío más profundo... sin-vuelta-atrás. Me encerré en éste mundo de peste, enfermedad ciega, curas sordas, y metas imposibles... si, nada podría ser peor... al menos eso creía yo.

El haber perdido a mis padres tan pequeño creo que aydó potencialmente a mi desgracia, creo que en el mundo de hoy nadie se da cuenta de ello, nadie repara en la gente como yo, simplemente es esquivada y olvidada, cuando uno de nosotros muere es como una vela encendida que luego se ha de apagar, somos vistos un día, llorados en dos y olvidados en tres.
Me parece que cuando alguien de mi naturaleza muere, es un alivio para otro, pero nunca se detienen a pensar... "¿que había detrás de ese mendigo?"... nunca. Si... es así, nunca cambiará, mientras ellos más suben en la escala, nosotros más caemos en el pozo... irrefrenable... la necesidad aguza el ingenio, lo sé, pero mi historia destruyó hasta mis pensamientos.

Nunca... es una palabra tan cruel, no es un orgullo poder decir "nunca tuve padres, nunca tuve educación, nunca tuve hijos, nunca tuve amor"...si, nunca tuve Amor. Creo que eso me llevó a ser el ser tan despreciable que hoy soy. No me importa, lo hecho, hecho está... Pobre.

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Me levanté de la cama y me puse otra vez, la ropa del día anterior, que era la misma ropa que me había puesto, el día anterior a aquél... no tenía nada para comer, sólo pude sorber un poco de agua, y salí a la calle; un día más de trabajo en la ciudad, en ésta ciudad.

En todo el día no conseguí mucho, pero lo suficiente, como para mantenerme en pie hasta que fuera de noche, ahí la cosa supuestamente mejora, hay menos vigilancia y más dinero borracho caminando en las calles.

Mi trabajo siempre fue el mismo, nunca cambié el rubro, nunca hice "daño" a nadie, sólo tomaba lo necesario para poder seguir al día siguiente, nunca estuvo en mis pensamientos matar a alguien, o hacerle daño innecesario a persona alguna; pero, esa noche, si, esa noche... todo fue distinto...

Eran las dos de la madrugada, yo vagaba como siempre, iba caminando, en busca de mi covacha de mala muerte, que yo usaba como "hogar", dispuesto a volver a mirar ese techo despreciable otra vez, cuando todos mis planes se vieron truncados. Ella se bajó de un taxi, la calle alumbrada sólo por un foco de luz fatua, daba un aspecto lúgubre, lugar nada apropiado para una dama como ella. El taxista la insultaba y ella trabajosamente lograba sacar su cartera del interior del vehículo, agarrado seguramente por la mano del hombre, el que no quería dejarla ir, ella le gritó "¡suélteme por favor!... mi hija me espera!, debo llegar!"... decidí intervenir.

Creo que era la primera buena acción que realizaba desde mi nacimiento, ella me lo agradeció hasta el infinito, por ella, y por sobre todo, por su pequeña hija, que la esperaba en la casa. Yo sólo me preguntaba que hacía una mujer como aquella sola en las calles, a esas horas. me dijo "ese taxista era un sinvergüenza, y yo tengo que llegar a casa porque mi pequeña niña me espera, y ahora, en éste sitio, no sé como llegar". Si, sería mi segunda buena acción...

Como conocía bien toda la ciudad decidí encaminarla hasta su casa, que no estaba demasiado lejos de ahí, pero fue en éste punto donde mi hoja de vida relució con toda la violencia contenida, sin ningún tipo de freno, todos mi intintos bestiales salieron a la luz de la oscuridad, esa noche... y es por eso que ahora me arrepiento tanto... pero el arrepentimiento no vale de nada cuando es "ex post facto", y el daño ya está hecho...

Porqué lo hice? hasta la fecha no consigo una respuesta más convincente que decir simplemente, que todo el odio que reemplazaba mi amor, se vió despechado por la visión de aquél ser angelical, vestido tan deliciosamente y no poder NUNCA tenerlo... NUNCA poder amarlo...

Soy un miserable! lo acepto! pido perdón! esto no sirve!... soy una bestia...PERDÓNAME!

Astutamente la convencí que conocía un atajo, y ella, por llegar más rápido donde su hija me creyó... nunca debió hacerlo... NUNCA! la llevé a un llano, muy oscuro por lo demás, donde viendo su titubeo, la agarré con todas mis fuerzas, si, era el lobo, saliendo de su disfraz de cordero.

La llevé a la fuerza a un sector apartado, lejos de las luces, lejos de la salvación, lejos de su hija, lejos de la vida. ella gritó desesperadamente para que la soltara y pidió piedad... Fue poético... Pero no cambié de parecer, la bestia estaba depierta.

¡NO POR FAVOR! NO LO HAGA, NOOO, SUÉLTEME! MI HIJA!...

Soy un monstruo, merezco lo que me pasa... Luego,ya en la oscuridad, la despojé a la fuerza de sus vestidos, y al ver su desnudez, no pude evitarlo, era un ángel... ante un demonio. La golpeé para callarla; funcionó... y luego; la violé.

Es lo que más siento, ser un miserable no me da derecho a ser un verdugo. pero no hay vuelta atrás... nunca obtendré perdón, y nunca obtendré piedad, NUNCA... creo que es lo único que me agrada saber... ya se acaba mi tiempo, pero por más que yo muera, por más que todos digan que por fin murió el más buscado, habrán más, y peores que yo, y mientras nunca se haga nada, mientras sigamos siendo esquivados, la historia seguirá una y otra vez... y NUNCA se detendrá...

Aun escucho sus gritos, aun clama por su vida, y por la vida de su hija, que huérfana habría de quedar, cosas que yo no entendí... por nunca haberlas tenido, se detendrá, al menos para mí... ahora hay silencio, sólo los pasos del capellán y los gendarmes... creo que las armas ya están cargadas; ya vienen a buscarme... mi hora ha llegado.


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kast 05.

lunes, octubre 24, 2005

Los glóbulos rojos del corazón de Chile.

"De andar en micro... caballeros". (2ª parte)

El otro día volvía con mi polola del centro, andábamos fotografiando
a ciertas tribus, para cierto concurso que tiene ella.

Hubo una foto que no sacamos, pero que era una de las que (a mi parecer)
era la que más derecho a ser recordada tenía.

Ya en la micro, sí; de vuelta, cansados (y por suerte sentados) se subió
al micro en el que veníamos, cierto señor con su hija, la cual le guiaba...

"dale no más, allá hay un fierro del que te puedes sujetar".
El señor, ciego por cierto, era más bien obeso, pero por cada gramo
de gordura que su cuerpo tenía, otro le hacía el peso; en respeto.
Cuando subió a la micro, y esto sin exagerar, tuve que fijarme en como
saludó al conductor, y la reverencia con que hablaba al público.
Difícilmente podría recordar a cantor de micro, más respetuoso que aquél.

No llevaba instrumento alguno, sólo su hija, llevaba una "corneta" de aquellas
que sirven de bocina de bicicleta, la cual usaba para apoyar el canto de su padre,
el cual, sin usar mas que sus palmas y su respetuosa barriga a modo de percución,
hacía un espectáculo tanto rítmico, como divertido, haciendo reir a carcajadas
a más de alguno de los pasajeros (incluyéndome) y dibujando sonrisas, en las caras
de las gentes más serias.

Cantaba una canción (que por cierto, la única que cantó) en español, que luego
cantaba en un buenintencionado inlgés, (hubiésese dicho INGLÉS, si yo hubiera
desconocido aquella lengua, porque a pesar de no haber dicho frase alguna en
correcto inglés, tan buena era su istrionocidad y tan rápida y suelta su lengua,
que a más de alguno debe haber convencido).


Era una de esas canciones antiguas que bien pueden acompañar un "taps", o un
baile al estilo "Chaplin"...("dubah badih dubah; dubah bum bum"...) en la que
hacía unos cortes como "OASIS" o alguna rareza de ese estilo. Puedo garantizarlo,
nunca he visto a tipo tan divertido, hacer algo tan simple, y tan bueno, arriba de un
micro, (tan simple que lo hacía ver complejo) el cual, al terminar su "Show" comenzó
con su cátedra para el público: "Muy buenas tardes señoras y señores, una vez más
y como lo he hecho en todos estos años de trabajo en las micros, me he subido con
mi hija a la locomoción, para entregarles unos minutos de sana diversión, los cuales
espero; hayan sido de su agrado. como han podido apreciar, soy una persona no
vidente, que trata a pesar de su condición, de ganar el pan, de manera honrada...(hizo una pausa), pero, tras largos años de trabajo en las micros, hoy celebramos y con mucha
tristeza, NUESTRO ÚLTIMO DÍA DE TRABAJO"...(
y en éste punto mi mente a la velocidad delrayo me hizo pensar en que todo lo bueno que había mostrado aquél hombre, se iba a empampañar al decir la mentira, que yo aseguraba iba a decir, algo para enternecer al público para darle más dinero, o alguna falsedad con respecto a su enfermedad con mismo motivo.pero mi prejuicio se iba a ver destruido al escuchar al hombre que continuó con las mismas palabras... la cuales desmintieron mi quimera) ..."SI damas y caballeros, hoy celebramos nuestro último día de trabajo y con tristeza, porque mañana empieza la nueva licitación,comienza para degracia de muchos trabajadores como yo, el "plan transantiago" el que no permite que personas así, hagan su labor"...


Fue demasiado, fue como si me tiraran agua en la cara en un día frío, fue como escuchar una mala noticia, que te toca directamente, no lo se, pero creo que sentí su pena, sentí como una licictación pone fin a una dinastía completa. Fue planeado, si, pero todos los planes tienen errores, me gustaría que alguien lo reconsiderara, que al que se le ocurrió hacerle una transfusión de sangre completa a la capital, no se le olvide inyectarle nuevamente las endorfinas que entregan bienestar, al viajar por el torrente...



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Kast... 05. "Transantiago; no te lleves lo que nunca fue tuyo".

domingo, octubre 16, 2005

Hasta que la muerte los separe...

Inefable?

De niños fueron castigados.
De niños fueron golpeados.
Torturados, aniquilados sentimientos... patético.

El uno, hijo odiado, de trabajo forzado, el que nada come, si nada ofrece, el que nada toma, si nada produce, y el que no duerme si nada consigue...

odio...

La otra, hija de avaro, hija de arpía, hija abusada, insulto infundado, maltrado exagerado,
castigo demasiado...

ahogo...

Pero, vivir en el Infierno no es razón para no enamorarse *amar y ser amado*...
Se conocieron, y en si mismos se refugiaron... tratando de buscar una salida.
De esa unión, de ese lazo, de esa cadena, nació el amor; Si tuviera que describirlo, diría: "el más amargo de todos", mas, seguían juntos, lo necesitaban... se necesitaban.

¿Porqué hay seres tan despreciables en el mundo? ¿porqué tener hijos y no amarlos? ¿porqué odiarlos? ¿porque azotarlos con el odio como el agua contra la roca? ¿dónde está el punto en donde la mente dice "¡basta! ya no más!"...¿porqué hay gente que nunca se detiene?

La familia, el pilar protector, puede ser a veces el pilar destructor... causa lenta de dolor, causa lenta de muerte. Una mente enferma, si no se cura, contagia su veneno, y termina azotando con su odio, y contagiando su falsedad. La mente humana tiene un límite para soportar el dolor, el límite del cuerpo es mucho inferior al de la mente, ¿pero que ahcer cuando ambos límites han sido superados en demasía?

Juntos trataron de escapar, más el yugo que los amarraba a sus demonios era inquebrantable;
asediados por el odio y el terror decidieron olvidar, para así calmar el dolor.

En el nombre del PADRE... ¿acaso ellos lo han tenido?, hay seres videntes que son ciegos de conciencia, marchitan sus mentes con el veneno del odio, y así se llevan las vidas inocentes...

¿Se puede olvidar acaso lo que aún se teme?

Querían mantener su amor en secreto sabiendo que si sus padres se enteraban sería peor...

Se enteraron...

Con el cuerpo magullado por el flagelo, y destrozado el corazón por el odio, la mente sólo
encuantra una salida...

¿Si no hay razón para vivir, la hay para morir?

Morir con el ser amado es un placer que en éstos días, nadie puede darse... Jamás tuvieron un placer, desde que nacieron su vida fue una cadena, encerrada en la jaula de su melancolía bajo el ojo del guardia, llamado odio... llamado dolor.

Juntos entonces decidieron morir, e ir de la mano hacia un nuevo lugar, desconocido; por conocer. Cualquier cosa sería mejor que seguir con los pies clavados en el suelo ardiente, por los clavos del carcelero... El dolor no miente.

Petético.

Cuando la mente ha sido tan agotada por la droga infame del dolor, la dobredosis de deseperación, todas las ideas se entorpecen... Y de miles de formas de morir, cansados ya de toda vida, aceptaron la más terrible, y la primera en presentarse...

Morir de la mano y con veneno es un cuento medieval...
Morir juntos en el sueño es una utopía, bella, pero imposible...
Morir rápidamente es una opción, lamentable es que ni siquiera
la muerte de un ser que nunca ha visto la belleza, se bella...
Sangre... la rapidez está manchada de sangre...

El camino más mórbido a la muerte da la recompeza hacia lo inconciente...

El único medio de transporte de que pudieron disponer, un infame revólver.
El único boleto, balas de revólver.
El único destino, la felicidad, estar juntos por toda la eternidad.

Entonces, juntos por el camino anduvieron hasta el anochecer.
A ambos costados de la vía, árboles enegrecían lo negro por defecto...
Nadie en las cercanías... Ni un auto a la vista...
Bajaron a un claro, donde sus cuerpos sin vida serían vistos a la mañana siguiente...
en un papel escribieron:

"Juntos nos vamos, a un lugar mejor... No nos busquen,
Ya no nos encontrarán... Ni aquí ni allí."

Luego acordaron quien sería el tirador... ella dijo "no mi amor, yo no sería capaz de hacerlo, no quiero ser yo quien provoque más sangre" él dijo "bien, te entiendo... lo que importa es que luego de esto estaremos juntos por siempre... Yo tiraré del gatillo"

¡LÁGRIMAS! ¡cómo dar muerte al ser amado para tenerlo por siempre! ¡PORQUÉ TENER QUE SUICIDARSE PARA SER FELIZ! ¡DÓNDE ESTÁ EL PUNTO DONDE LA MENTE DICE "BASTA! YA-NO-MÁS!"

cargó el arma, la miró a los ojos mojados en lágrimas, le apuntó, y le dijo "YO TE AMO!", la besó por ultima vez, puso el arma en el pecho de su amada y todo se volvió oscuro...

Apretó el gatillo.

Sangre...
Lágrimas...
Muerte...
Arrepentimiento...

Al ver la horrible escena que de su mano nacía, enloqueció, cegado por el dolor, y el arrepentimiento, sin soportar ver la herida en el pecho de sua mada, que consumía lentamente su vida; pero al recordar su palabras "estaremos juntos por siempre", recobró el conocimiento y continuó con lo pactado.

PATÉTICO!...

La sombra del ruido ensordece los oídos, la muerte del ser amado destruye como el rayo, y no se oye nada más... Con temblor en las manos se puso el cañón en su sien y comenzó a jalar del gatillo... pero, de pronto sintió que lo sujetaban fuertemente por lo brazos y le arrebataban el arma... de entre las tinieblas alguien gritó "¡ESTÁS ARRESTADO!"...

Era claro, el destino está para hacer infeliz al miserable... El muchacho no pudo escuchar la traidora sirena, ni los pasos de los policías acercándose, quienes al pasar por la carretra sintieron el disparo, alertados fueron a capturar al miserable...



"NOOO!! NO ME ENTIENDEN!! SUÉLTENME!! YO TENGO QUE DISPARARME!! TENGO QUE MORIR!! MALDICIÓN, NO SABEN NADA!! NO ENTIENDEN NADA!! TENGO QUE IR CON ELLAAAA!! POR FAVOOOR!!..."

Silencio.

Era claro... tenían a un asesino.

El golpe le avisó que no estaba muerto; la jaula: que estaría en la cárcel de por vida arrepintiéndose, sabiéndose el asesino del amor de su vida, y que él aun respiraba del sombrío aire de lo inefable... Sin su reencuentro... hasta la muerte.

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KAST... 05.

jueves, octubre 13, 2005

De andar en MICRO... Caballeros.

Ya he hecho, y con mucho orgullo por supuesto, referencia a cierto placer que me provoca, el caminar; ese andar que considero un arte dentro de todos mis artes.

Pero hay en mi otra ciencia que bien manejo, otra enseñanza de la vida independiente, otra de esas cartitas bajo la manga que por lo versátiles, también pueden tender a tener algo de "método". Si, adivinaron, ese otro arte que (si bien no me apasiona tanto como el primero) manejo bastante bien, es el de andar en Micro, señores.

"Micro" por si hay alguien que no viva en Chile, es un autobus, (o un taxibus, omnibus, camión, etc.) el cual es más bien odiado por la mayoría de la gente urbanizada. Muy por el contrario, en mi es un rito, el cual practico siempre que mis pies no pueden llevarme a cierto sitio.

La mayoría de la gente cominza a andar sola en micro al rededor de los 12 años, y eso para ser moderado, bueno, yo comencé a hacerlo cuando tenía tan sólo 8 años, que era la edad en que iba en segundo básico hacía el trayecto de mi casa a la escuela y viceversa, desde ahí he ido recogiendo cada vez más experiencias y enseñanzas, y de todas ellas he desarrollado un sentido que creo, (y me jacto de ello) no todos tienen.

En éstos años de viajero de bus amarillo he visto pasar no sólo una historia de vida, como la mía, sino que he visto pasar miles de historias, ya que en la micro hay que ver, oir, y sentir, estar atento, a cualquier situación, favorable o no, en la micro, se puede vivir de todo.

He visto desde los boletos de imprenta, unos chiquitos con llamativos dibujos (al estilo "el golf matucana") hasta lo modernos boletos grandes, que el mismo "cobrador automático" imprime. He visto al vendedor subirse miles de veces, he escuchado miles de canciones, algunas muy buenas, otras... bueno, he dado mi dinero algunas veces a alguien que de buena forma lo pide, y he estado en el momento preciso para cederle mi asiento a alguien que lo haya precisado. Y es que hoy en día, toda la gente anda tan apurada, que no se da cuenta de nada, no mira a nadie y no siente a nadie, no se detienen un minuto a pensar, "¿que será mañana de la persona que se sentó conmigo hoy?" o "¿volveré a ver esa cara tan linda?" o simplemente "o si, se merece un aplauso por su gran actuación", la gente es fría, no digo que sea malo, sólo digo que es fría, esa frialdad que hace a éste un país frío, y es que me esforzado en hacer de la micro una forma de viajar agradable a pesar de todo lo malo que en ella puede suceder. He sido asaltado, en ella he llorado, e incluso he sido herido, pero no me afecta porque veo lo malo, en ella he prevenido asaltos, he reido, e inlcuso, e amado.

Respetos! a todos aquellos seres que se levantan a las cuatro para comenzar su carrera a las cinco, porque a pesar de que los hay malos, aun quedan muchos buenos, y a ellos todo lo bueno, hay veces que se los martiriza, e inlcuso estigmatiza, pero ¿que culpa tienen ellos de los pesares de la gente?, Por mi parte, GRACIAS por darme un lujo de hora y media en cuatro ruedas, ruidos graciosos y buenos comapañeros; un buen recuerdo para mi querida micro que pierde de a poco su amarillo, y un respeto a todos ellos; ¡los conductores de la locomoción colectiva!.

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2005... kast.

viernes, octubre 07, 2005

Dónde has estado?

VOLVER.

Casi derramé un lágrima, si, casi.
Es extraño, es casi como volver a un lugar el cual no veías hace mucho tiempo, y al que
ahora tienes la posibilidad de volver, y no porque no la tuvieras antes, sino porque tu mismo
no querías volver.

El miedo al reencuentro, si, es como el miedo al peligro, imaginas un montón de cosas, todas malas, ¿porqué no imaginas nada positivo? ¿acaso todo está tan mal? ¿acaso murphy no puede
equivocarse?, si; imaginas que todo saldrá mal, pero una cosa es cierta, el miedo al peligro
es más terrible que el peligro mismo una vez que a éste se le considera cerca.

Lo cierto es que he estado lejos, dejé aquí tirado mi espacio, mi pequeño espacio de privacidad pública, la que me sacaba del tedio, olvidé por completo (o al menos eso quise creer) que aún me quedaba un espacio en cual nadie iba a poder entrar, olvidé mi idilio de las letras que nada temen, porque no sienten miedo de tener miedo. ¿porque temía al reencuentro? me sentí como un traidor al abandonar mi espacio, al dejarlo sin alma durante tanto tiempo, al dejarlo sin lectores, y al ver como otros se levantaban, y el mío moría, lenta y tristemente...

No quería verme como un envidioso que se acuerda que tiene algo bueno, sólo cuando otro puede tener algo mejor, no vine a reconstruir mi castillo de palabras, y en el tiempo, de polvo y olvido se llenaba...

Quimeras!...

Cuando siento que el calor de las letras quema mis dedos, cuando siento que palabras de mi quieren salir, cuando siento inspiración, siento que se derrama por mis sienes y al viento han de volar, pensamientos quemados por la avaricia de un pensamiento, por el encierro de mi mente, por el estado mórbido del silencio.

Si, el miedo al reencuetro es más terrible que el reencuentro mismo una vez que a éste se le considera cerca. No quiero más éste encierro, en el cual he estado por razones de las que nada diré, porque ya de nada valen, quiero volver a expresar, no quiero olvidar que puedo recordar, no quiero borrar... lo que he podido escribir.

Amigos... he vuelto.