domingo, noviembre 06, 2005

Ex Post Facto... "Víctima"

***se hace necesario, para comprender a cabalidad el propósito de ésta historia, leer la primera parte, "un-miserable"***

("Luego de haberlo hecho"... parte segunda)


Sonó el despertador a las seis en punto de la madrugada, era la hora exacta; no había dejado el reloj adelantado en 15 minutos como suelo hacerlo, no, ese día todo tenía que ser exacto.

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Me había estado llendo bien en la empresa en el último tiempo, es más, creo que he ido subiendo rápidamente en la escalera del éxito. Antes todo era distinto, yo no trabajaba, era sólo una dueña de casa y "madre de familia" más, y gustaba de serlo, porque tenía una maravillosa familia, compuesta por mi amoroso esposo, y mi adorable hija. Pero, un día, todo cambió abruptamente.

Íbamos por la carretera de noche, noche lluviosa, cuando desbarrancamos violentamente; yo aferré fuertemente a mi hija contra mi pecho, y mi esposo nos aferró fuertemente a ambas; contra la vida. Mas, en su tentativa, al salvarnos de las garras de la muerte, entregóse a si mismo al cielo, lléndose así temprana, triste e inesperadamente.

Desde ese día, mi pequeña niña y yo, quedamos solas, mas no abandonadas; nos teníamos mutuamente, y con la fuerza que yo sentía, que mi esposo desde su lecho nos brindaba, pudimos salir juntas adelante, yo le doy educación, comida y amor, y ella me retribuye en amor, pero por sobre todo en esperanza.

La necesidad me hizo poder hacer realidad mi deseo de estudiar, que tuviera en mi juventud, para nada lejana. Sueño aquél que había dejado, al tener mi familia, en fin, al tenerlo todo. No se porqué, pero siempre me gustaron las Relaciones Públicas, y tenía talento. Para costear mis estudios trabajé duramente en los más diversos empleos, obligándome a dejar a mi niña en custodia de una anciana conocida, la cual no me exigía mucho, pero por su edad, yo estaba obligada a no atrasarme nunca, lo que en variadas ocaciones me produjo más de algún problema, por lo demás, no quería solamente pasar mi tiempo afuera, también me gustaba invertirlo en mi hija, la cual ansiosa me esperaba, y disfrutaba cada vez que salíamos a pasear.

Una vez que obtuve mi carrera, no me costó encontrar trabajo, gracias a mi talento en lo que me gustaba, y creo además que mi gran atractivo físico, ayudó sobremanera, asunto cual, asumí sin vanidad. Gracias a ese trabajo podía pasar más tiempo con mi hija, y como de a poco comencé a ascender, en poco tiempo más, iba a tener dinero ya suficiente para mudarnos y comenzar una nueva vida.

Esta oportunidad se me presentó la vez que mi empresa se prestaba a firmar un importante acuerdo con una empresa extranjera, pero todo dependía en "cuanto" los convencía el relacionador público, es decir: Yo.

Ya tenía mi más importante trabajo, mi más importante oportunidad, ahora, iba a aprovecharla...

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Cuando me levanté sentía por primera vez en muchos años, ese nerviosismo propio, que sentimos cuando nos preparamos para hacer algo, que definirá nuestro futuro, y ese "algo", para mi ya había llegado; otra vez.

El día se presentó hermoso, fiel muestra de que mi destino estaba conmigo, y creo que difícilmente adán y eva se hubieran servido de un día más hermoso que aquél al ver el cielo azul de la creación. si, todo estaba a mi favor, nada arruinaría mi día, todo saldría bien.

Para la ocación tenía que verme radiante, para lo cual hice valer mi femeneidad en toda su expresión; hice uso de mi mejor vestido, arreglé cuidadosamente mi cabello, maquillé mi rostro, usé mi mejor y más cautivante prefume, en fin, todo lo necesario para apoyar mi charla y convencer a esos empresarios extranjeros.

Luego de despedirme de mi niña (y de haberme deseado suerte de la más tierna de las formas) salí en camino de la victoria que tanto había esperado.

Demás está decir, que todo salió a la perfección, mi convicción fue recompenzada con creces, se firmó el acuerdo, hice más poderosa a mi empresa, y de inmediato recibí un ascenso, desde ahora mi vida cambiaría por completo, y podría darle a mi hija, la mejor vida que todos mis logros bien podían ofrecerle, ese día fue el más importante de mi vida, pero por causas que ignoro, al final de aquél, algo, parecía no ir tan bien.

Lamentablemente por imperativas causas de trabajo, ese día tuve que retrasarme más de lo común, mucho más. Tuve que quedarme ordenando todo el papeleo, arreglando las cuentas, preparando todo para los extenuantes días que se acercaban, en fin, preparando el camino, para mi nueva vida.

Cuando salí de la empresa ya era muy tarde, demasiado diría yo, y una niebla mortuoria cubría la ciudad que radiante había estado durante el día, ese signo no me gustó, pero no le presté importancia, la emoción de lo que se acercaba, impidió que esa niebla nublara mis pensamientos.

Para llegar rápidamente a mi casa tomé un taxi, que comenzó normalmente el trayecto, pero de pronto el taxista tomó una dirección que yo creí incorrecta, y cuando traté de corregirle, me miró con ojos llenos de mala intención, y trató de tocarme, y al impedírselo, golpeándolo con mi cartera, detuvo el taxi, y comenzó a insultarme, sin dudarlo abrí la puerta y traté de bajar, pero el taxista tenía aferrada mi cartera, cuando decidí que era mejor dejarla, el hombre me agarró de las manos, entonces desesperademente le grité "¡suélteme por favor!... mi hija me espera!, debo llegar!", y acto seguido apareció de la nada un hombre, de aspecto vagabundo, pero bien parecido, y muy fuerte a pesar de su estado. El hombre me quitó de en medio y golpeó sin pensarlo al taxista, el cual se marchó de inmediato.

Le agradecí de mil formas al hombre que valientemente me salvó de cuan inseguro destino, y le expliqué lo que había sucedido, de la mejor forma que mis nervios me lo permitieron: "ese taxista era un sinvergüenza, y yo tengo que llegar a casa porque mi pequeña niña me espera, y ahora, en éste sitio, no sé como llegar". Dicho esto el hombre me dijo que conocía el lugar (bastante lúgubre y desconocido por mí) y al explicarle donde estaba mi hogar, asintió y dijo que no estaba lejos, que si no me importaba él me podría llevar a pie hasta allá. Semejante acto de buena caridad resultaba inverso a la situación, una persona pobre ayudaba a una que no lo era.

Pero yo pagaría caro ese favor...

Él me dijo que conocía un atajo por el que llegaríamos más rápido, yo sólo pensaba en mi hija, que sola a esas horas no podía estar, y le creí. Mal asunto... cambiando otra vez el rumbo me encaminó hacía un llano, muy oscuro por lo demás, vacilé un momento, y al ver esto, el hombre me sujetó, para no volverme a soltar. El hombre que tan bueno se viera, transformóse de pronto, veíase como una bestia y me obligó a obedecer, mientras me tiraba hacia un apartado traté de convencerlo usando mi horrorizado talento, le dije: "no es por mi vida que le pido, la cual no merece ser tan defendida, es por la vida de mi hija, que sola en éste mundo ha de quedar". Fue inútil, él me dijo "Muy poético eh!" y siguió avanzando.

¡NO POR FAVOR! NO LO HAGA, NOOO, SUÉLTEME! MI HIJA!...

Mis gritos de desesperación parecieron enfurecerle más, y acto seguido rompió mis vestidos despojándome además de toda prenda que llevaba, y así, desnuda frente a un demonio grité aun más y fue cuando recibí el golpe; comenzó a violarme y sin poder aguantarlo perdí el conocimiento.

En todo ese momento no dejé de pensar en mi hija, y con tristeza cargada, pensaba en que todo lo que había construido, se veía ahora detrozado irreparablemente, destruido por un desconocido. Hay veces en que el destino nos muestra una cara, pero luego se da vuelta, mostrándonos de la más cruda de las formas, el más crudo de los sellos, a veces y lamentablemente no hay forma de escaparse del destino y ese día quedó demostrado en mi, golpeada y violada, apartada de mi hija, y arrebatada violentamente de la vida.

"A los siete años la vida es un milagro", ¿cómo lo hará ahora mi hija para sobrevivir sola en éste mundo al que yo llegué a amar? ... todo se apagó.

Estoy acostada, todo parece tranquilo, siento mi cuerpo adormecido, hay paz, abro un poco los ojos y veo una luz, pero no puedo precisar si es una luz hecha por mano mortal, o inmortal, ¿dónde estoy? siento la voz de mi hija hablándome, llamándome... Yo; me voy quedando dormida.

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kast 05.

5 comentarios:

  1. hoa denuevo...ta buenicimo...(nu tanto como el anterior) pero bueno
    muy buena sin nada mas que decirle..solo que siga asi y que soy la primera
    yo la gulita hermosa

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  2. Y dicen que las sgundas partes son los restos de una brillante idea.
    Eme, demostraste que no es así. Vaya que texto, tiene una mirada muy buena, bastante buena la segunda parte. Sí bien el texto sigue un camino con otro lente, faltó algo escencial, para cuando intentes escribir algo visto por por ojos de una mujer derrama todo el sentimiento, vacía el jarro de emociones que tan bien explotado tiene. Eres un artista con puño de joven, narras tan bien como cuentan que narran los ángeles. Continua con tu proyecto de ARTELETRA JUVENIL, SIGUE CREANDO!

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  3. Oh!! increible

    en serio

    me guto mucho

    el otro aldod e la historia

    muy cult, felicitaciones

    saludos!

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  4. gracias por el mensajito. te visitaré tb.
    chaolin.

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  5. Pido disculpas por el silencio, pega nueva, rutina nueva... el cuerpo ha desconocido el nuevo ritmo y el cansancio se acumula....pero luego me acostumbro y vuelvo a las andanzas.
    Saludos.

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