sábado, diciembre 31, 2005

Recuerda, Hombre... (2ª Parte)

Así como las blancas palomas vuelan através de infinitos mares del mundo, para llegar finalmente a las arenas blancas del descanso, yo estuve vagando por los infinitos mares de mi mente, para llegar a las blancas arenas de mis recuerdos.

Durante mucho tiempo estuve vagando, caminando en un mundo inconciente, persiguiendo las sombras de mi vida, las que no se dejaban ser capturadas. Por mucho tiempo fui un ente sin pasado, con un presente inseguro, y con un futuro incierto, ya que mi mente, como si estuviera por fuera de mi, se esmeraba por encadenar mis recuerdos, atrapándolos en los más oscuros confines de mi conciencia. Nada me hacía recordar, sólo el perfume dibujaba imágenes borrosas cada vez que lo olía, mas, sabía que algo me hacía falta aun para recordar, pero era precisamente ese algo, lo más difícil de encontrar.

Para ese entonces mi vida se transformó en una misión con dos objetivos: El primero; Lograr trabajar nuevamente en lo que mejor sabía hacer; Perfumes, trabajo que me daría el dinero suficiente para poder lograr el segundo objetivo; Ir a españa, y recuperar a mi amada. Pero he de agregar que ambos objetivos se verían truncados si no lograba antes una cosa; Recordar, si no se sabe lo que se busca, no se sabe lo que se encuentra.

Y mientras mi vida se debatía entre trabajos no muy bien pagados y recuerdos malogrados, fue que me pasó algo, que (y de forma absolutamente inesperada) me haría comenzar a recordar.

Fue mientras trabajaba de barman en un pub que la ví; Era hermosa, y aunque enamorado como estaba de mi amada, había algo en esa mujer que llamaba poderosamente mi atención. Físicamente era alta, de ojos verdes, cabello castaño oscuro, labios carnosos, piel canela, de busto mediano, acorde con su caderas. En fin, los demás detalles no son importantes, porque entre los detalles que acabo de nombrar estaba el secreto, ese que yo tenía que descubrir; Sí, porque yo presentía que había algo en esa mujer, análogo a mi amada, y si lo descubría, ya tendría una pista. Del modo en que la conocí nada más diré, por no tener mayor relevancia, pero lo que si diré es que nos hicimos buenos amigos, cosa cual, yo iba a aprovechar.

Su compañía cierta nostalgia me causaba, la misma nostalgia al ver a los niños "enterrando algo a los pies del árbol en el hospital", por lo que sabía que esa mujer algo de mi amada me haría recordar. Pero, desafortunadamente comenzó a pasar el tiempo, más rápido de lo que yo esperaba, sin obtener el resultado deseado, y eso me entristecía sobremanera, porque no quería tener algo más serio con ella, sin poder recordar a mi amada. Mas, fue lo que quería evitar, precisamente lo que me hizo recordar.

Una tarde en la que estábamos en mi habitación (he de decir que no tenía en ese entonces, para pagar por algo "más") charlando y riendo como siempre, que nuestras miradas se fijaron con ese aire que sólo aparece con el aroma de la pasión, que comienza a encenderse, tras haber estado apagado. El resto es imaginable; Nos besamos profundamente, con la pasión de los amantes perdidos en las sombras del deseo. Y fue cuando a mitad del beso una imagen llegó bruscamente a mi cabeza, un recuerdo que me azotó como el que llegó a mi cuando abrí la botellita del perfume a los pies de mi árbol; Veía una mirada, una mirada que me parecía tan familiar, que de no haber sido por la mujer que tenía en frente, hubiera dicho que era de mi amada, pero todo era confusión, y de nada estaba seguro. Ella notó mi exaltación y me preguntó si me sentía bien, mas mi mente ahora giraba como un trompo, me sentí mareado por unos instantes, y tuve una idea, la mejor desde la creación del perfume.

La tomé de la mano y la llevé hasta donde tenía mi bolso, saqué de él una botellita del perfume y le dije que por favor se pusiera un poco. Pareció molestarse, pero le dije que era necesario y no porque ella oliera mal, traté de explicarle de la mejor forma que mi mareo me permitió, que si ella lo usaba yo recordaría detalles de mi vida, que había perdido. Al hacerlo omití a mi amada por miedo a que se enojara y desistiera, mas salió de su molestia y al oler el aroma, no dudó dos veces y lo aplicó. Al momento de hacerlo, y sentir nuevamente el perfume la tomé y la besé como hacía mucho tiempo no besaba. Al hacerlo el recuerdo que hace un rato tuviera pareció volver, pero ahora totalmente nítido; era una mirada; dos ojos que me miraban. Podía ver esos ojos, y saber que eran de mi amada, la mujer con la que estaba tenía los ojos verdes, y los ojos de mi recuerdo, es decir, los de mi amada, verdes eran también. No podía equivocarme, el recuerdo era absoluto, ya tenía la certeza de haber recordado algo de mi amada, y ahora, no lo iba a olvidar.

A la mañana siguiente y con más calma pude reflexionar acerca de los hechos del día anterior. La mujer con la que estuve me producía cierta nostalgia que ninguna otra mujer me había producido antes. (He de decir que luego de marcharme de la ciudad devastada conocí algunas mujeres, pero con ninguna había sucedido lo recién contado.) Y fue luego de hacerla usar el perfume y besarla, que el recuerdo me abordó de la forma más clara que puedo precisar. Esa situación me hizo pensar que si podía encontrar a otra mujer con la que sintiera aquella nostalgia, y hacerle usar el perfume, me entregaría a cambio un recuerdo, que me acercaría cada vez más a mi amada. El método parecía insostenible, pero yo era sistemático, y no permitiría que mis recuerdos escapacen otra vez.

Así que decidido abandoné esa ciudad y volví a vagar, para seguir buscando. Me asenté en un pueblo un poco más chico que el anterior, pero que según los entendidos, estaba en crecimiento, y se necesitaba gente para su desarollo. Fue ahí entonces, donde pude echar raíces otra vez, y luego de mucho tiempo; En el arte de los perfumes. Con el dienero que ahorré en el par de años, de diversos trabajos que realicé, pude alquilar una habitación, y hacerme de todo lo necesario para la creación de aromas y fragancias. En ese arte yo era dueño y señor, por haberlo aprendido todo de una familia de generaciones en la perfumería. Con mis primeras fragancias hice pruebas en todas las perfumerías del lugar, quedando aceptado en todas. Opté entonces por la que mejor pagaba y mi vida comenzó a mejorar.

Con mi nuevo trabajo y mi nueva reputación, no me era difícil estar cerca de hermosas mujeres, es más, era una cosa casi matemática, que las mujeres llegasen a mí, estando en la mejor perfumería y con modestia, con el mejor perfumero. Mas ninguna me hizo sentir esa nostalgia que luego del desastre, solo había sentido dos veces. No hubieron nuevos recuerdos, lo que comenzó a bajar mi moral, mas, el único recuerdo certero que tenía, lo trabajaba día y noche, para no olvidarlo; Esos ojos verdes...

Ya casi se habían agotado mis esperanzas, y mis ganas de mudarme a otro sitio comenzaban a llegar, cuando una mujer desconocida entró en la perfumería. Era hermosa también, nunca la había visto y su visita (inesperada por cierto) vaticinaba buenas noticias. Me apresuré en ganarla, y atenderla personalmente. Mientas le mostraba los perfumes, le hablaba amistosamente, y en una oportunidad le pregunté que "¿porqué nunca la había visto?", a lo que dijo que era nueva en ese lugar, que se había mudado ahí por las mismas razones que yo, y es que en un sitio en crecimiento, sobran oportunidades. Inmediatamente sentí simpatía por esa mujer, y rápidamente nos hicimos amigos. Ella no era tan alta, tenía el pelo rubio y no muy largo, ojos oscuros, piel blanca, muy suave, un suave que contrastaba con la piel tersa de la mujer anterior, labios finos, de busto un tanto más notorio que el anterior, pero que hacía juego a su cintura y a la armonía de su parte baja. En fin, ella era en síntesis, muy hermosa, y de a poco comencé a ganarme su amistad.

Como en ése pueblo yo era el único conocido de ella, un día quedamos de acuerdo de salir a pasear, oportunidad que evidentemente yo no perdería para sacar de ella, algo más que una amistad. Hicimos de todo lo que gustan hacer los amantes cuando comienzan su vida amorosa; fuimos a caminar, nos tomamos un helado, vimos volar a las palomas, e incluso quisimos ir al cine, pero aun no terminaban de construirlo, por lo que la idea fue reemplazada por un atardecer en el parque. La cursilería de aquella tarde era proporcional al grado de satisfacción que su compañía me brindaba. Rápidamente comencé a sentirme capturado por esa mujer, y de a poco comencé a darme cuenta que esa nostalgia volvía.

No quería tener nada sexual con ella, ni mucho más. Era el recuerdo lo que yo quería, y para evitar tener que conocerla aun más, astutamente aproveché ese grato momento a la luz del arrebol primaveral, que con su tenue salmón en el cielo, hizo más que perfecta la oportunidad. le dije: "...Éste perfume tiene especial significado para mí, no se encuentra ni en la más sofisticada perfumería del mundo, porque lo hice yo, con mis propias manos, para que lo usara una persona que era la más importante para mí. Pero como esa persona ya no está en mi vida, y tú eres la única persona que me acompaña en éste momento, yo te lo obsequio..."

Me miró incrédula, pero su vacilación duró solamente hasta que abrió la botellita y hubo olido el aroma. Al hacerlo, y aplicarse la fragancia, cerró los ojos, y acto seguido me tomó como por instinto y me besó apasionadamente. Durante lo que duraba el beso, otra vez sentí mi cerebro elevándose hasta el punto de ebullición, casi pude ver las neuronas desordenadas tratando de precisar una imagen desorvitada, que la situación le provocaba. Casi domenzó a dolerme la cabeza cuando por tercera vez, sentí esa explosión en mi mente; Un nuevo recuerdo había sido obtenido. Sí, era esos labios, finos, suaves, delicados, lo que me besaban son más contemplación, ayer era una desconocida, y hoy mi amada... ¡NO!, voy a volverme loco...

Abrí los ojos para asegurarme y quise ver sus ojos verdes, pero no, ella tenía los ojos negros, una confusión extrema azotó mi cabeza y bajé la vista; ví sus labios, esos labios que hace unos segundo me habían besado de forma súbita, y que de forma súbita dejé de besar. Si, eran los labios de mi amada, mas no sus ojos... todo era confusión, ¿quien era esa persona que estaba en frente mío? ¿qué pasaba en mi mente? ¿me estaba acaso volviendo loco? Cuando sentí el abandono de mi racionalidad, fue que lo recobré al sentir una voz, que no era la de mi amada, porque su voz nunca me permití olvidar. Mas esa voz que me hablaba, me sacó de mi prisión mental.

"¿Estás bien?", me dijo, y cuando la miré otra vez a los ojos supe con quien estaba, traté de respirar un poco, pero el perfume estaba ahí y para no irse. Creo que su aroma me ahogaba, había obtenido un recuerdo, pero la forma fue mucho más agresiva que las veces anteriores. Todo era desorden, miré sus ojos negros y supe que no era mi amada, porque ella tenía los ojos verdes, pero usaba su perfume y tenía sus labios... Traté de apartar la vista... "¿Estás bien?" volvió a preguntar, y era evidente que no lo estaba, me sentía mal, mareado completamente y turbado hasta casi desmayar.

Desperté con un dolor de cabeza horrible, estaba en mi habitación y trataba de analizar lo ocurrido, recordé la escena en el parque, y recordé como había terminado. Aunque no todo era claro, me ví llevando a mi amante a su casa, o quizás ella me llevaba a mí... todo era confuso. Deseché ése recuerdo y lo reemplazé por uno mejor; Labios rojos, finos y delicados. Si ahora ya tenía una idea de mi amada; Recordaba su voz, sus ojos y sus labios, mi cabeza comenzó a relajarse y estructurar a mi amada, comencé a soñar con el reencuentro y me sometí al más placentero de los estados. Pero de pronto me puse a pensar en la forma que esos recuerdos habían llegado, de la manera en que los obtuve y me sentí traidor, me sentí desleal, y aun más, me sentí esquizo; aceptando esa forma enfermiza de recordar. Vi con morbosidad la llegada a mi mente de tales recuerdos y sentí el estado más mórbido de mi mente, al encontrarse con esos recuerdos, despertados a la fuerza, y traidos en su contra. Pude reconocer el daño en mi mente y luego de meditarlo, y con morbosidad, lo volví a aceptar.

Yo era sistemático, sí, mas ese orden que había adquirido amenazaba con destruirme, pero, si era ésa la única forma de recordar, tenía que aceptarla: El plan ya daba sus frutos.

Así comenzó otra etapa en mi vida, una etapa semi enfermiza entre la locura y la razón, y todo por recuperar a mi vida perdida, que me traería de vuelta a mi amada; perdida también.

El como evolucionó mi técnica de recordar, y la forma en que luego perseguí lo último que no se dejaba alcanzar, son cosas de las que en ésta ocación, nada más diré. Aunque aquí estará el desenlace frío, recién sacado del congelador, llamado conciencia, fría como el olvido de un ser amado, qu se trata de recordar...


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Kast 06.



5 comentarios:

  1. oa tu.....soy la jaboncita q te odia un poquito y sabes pq es...wenu aparte de eso y de q dije lo q dije y lo sostengo taba gurida y tus historias nada q ver contigo me entretienen un monton, son buenicimas...quero saber q sigue asi q trata de escribir pronto niño malo
    un apacho y un beso con un poquito de odio
    chaulin
    mi recuerdin pa ti

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  2. Estoy en las mismas que Jaboncita... quiero saber que sigue, nos dejaste con la incertidumbre y quiero leer más.
    La historia está genial... simplemente quiero seguir leyendo.

    Saludos^-^

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  3. HOliii!!

    tanto tiempo =)buenísima la historia me gutó =D
    oye no te veo hace demaciao tiempo =( y no hablamos hace kleta...
    hay que comunicarse pues!
    bueno... esop
    estamos hablando
    besitos
    Aiooo

    lo kero!!! =)

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  4. HOLA!
    Primero perdón por no haber criticado o mejor dicho elogiado tu espectacular texto. Cuando hablemos te lo contaré todo, ya sabes que a ti te puedo contar muchas cosas, confío en ti como creo que tú lo has hecho conmigo.

    Bueno, ya lo dije, ES-PEC-TA-CU-LAR! El margen de la historia se coserva y hace imaginar lo que se puede venir, pero la delicadeza del relato lo hace único. El desplante que muestras para narrar lo que le pasa a un sujeto que, tras un accidente natural e irremediable, busca recordar su vida y con ello el amor de ésta.

    Ta muy bueno, AHORA ME VOY A LEER LA OTRA PARTE!, Asi que busca el otro comentario.

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