Desde la calle mira a través del cristal al objeto de su obsesión, la que espera al primero que llegue con el dinero suficiente para hacerla suya.
Se cautiva con su aspecto a la moda, pone atención a cada detalle; le brillan los ojos al ver su su ropa sexy ajustada, sus tacones altos, su pelo dorado y su mirada angelical. Imagina tenerla entre sus brazos, sostenerla, acariciarla, besarla, protegerla ¡e incluso amarla!... Pero era demasiado el dinero necesario para obtenerla.
La pequeña y pobre Magdalena tendrá que conformarse con seguir deseando aquella Barbie desde la calle, al otro lado de la vitrina.
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Fuegö 2011, Lógica Maldita.
No me creeras, pero accidentalmente lei tu escrito con la musica de otra pagina y sonaba bieen.
ResponderBorrarSabes lo que pienso de tus escritos, y me es un agrado que vuelvas, ya era hora. A ver si intercambiamos palabras algun dia de estos.
Recuerdo que este me gustaba mucho :)
ResponderBorrarPD: viste que escribí algo...!
La verdad... un final totalmente inesperado. :)
ResponderBorrarSaludos.