sábado, febrero 12, 2011

Karmakatana.




En su interior siente que algo no anda bien,
Ella siente que algo sobra y algo falta. 
Camina entre la niebla espesa con hedor a tierra húmeda
Y sangre a medio cuajar. 
Ella observa a las sombras juguetonas entre la neblina,
Pero tratar de alcanzarlas es vano 
En medio de tan triste bruma mortecina.


Camina descalza la yerma que a ningún puerto ha de llevar.
Espinas hacen brotar, Inquietas gotitas de sangre 
Que tilitan en medio de tan amargo astillar. 
El cielo llora y con furia centellante ilumina el oscuro camino 
Con rayos que a segundos,
Dejan ver terribles siluetas de fieras vestidas en atuentos, 
De miedo y terror.


La atacan, y ella se defiende y contraataca,
Saca su espada envenenada y cierra los ojos, 
los oídos, las fosas y las fauces. 
Acalla el tacto, calma los pulmones y saborea con gusto
el disgusto de su enemigo. 
Temerario adversario de la voluntad, 
Opulento señor de la discordia, que no logra entender 
Que el poder de quien se defiende no es su fuerza, 
Sino la voluntad de su conciencia.


¡El acto de resistir es fútil! 
Gritan las sombras desesperadas, pero ella no las escucha, 
Mas saborea el aire y espera paciente el fragor de la lucha; 
Eterna refriega que atenta contra el espacio, 
Chispazos desde el cielo en rayos, 
y desde la tierra por obstinados choques de herrumbres, 
Destrozadas y olvidadas urbes, 
testigos de incomprensibles luchas de enemigos invisibles.


¿Qué habremos hecho antes de perder la inocencia, 
Que nos arrojó al foso oscuro de la inconciencia? 


Violencia que nos fue devuelta por el karma,
Por quien ha sido atacada en velo de su calma.
Magullada guerrera del estrépito, soberana madre del trueno
Que ha bajado a este mundo medio ciego y medio muerto; 
El mismo que bajo las nubes negras del exceso, 
Ha olvidado hace decenios el misterioso y legendario
Resplandor del sol.


Corrupta evolución que ha de ser purgada,
¡Exterminada! 
Para poder expulsar como nunca todo aquello que sobra,
¡Y recuperar para siempre todo aquello que falta! 


¡Involución! 


¡Ella lucha contra quienes claman la nueva era de involución! 
Ocultos en infames cúpulas de tóxica contaminación, 
¡Escupen ácido sulfúrico de sus fauces fétidas, 
Contra la capa que abandonada a la injusticia,
Clama por la eterna redención!


La desolación! El desamparo! El infortunio! 


Ella tiene la misión y el deber de la erradicación! 
Tarea autoimpuesta que hace por gusto, no por obligación! 
Ella dará sangre, venas, huesos y carne, 
Por traer de vuelta aquello que hace tanto tiempo se perdió. 
Lucha sin cansancio y sin descanso 
Contra quienes rogan dolientes su desahucio.


Abre los ojos, respira y observa nuevamente, 
Un sólo demonio queda en frente. 
¡El último inquisidor de la inmundicia, 
El macabro portador de la peste! 
Espada de la justicia contra la guadaña de la muerte. 


En cielo se revuelve la espesura,
Los rayos han cambiado su color, 
En rojo se tiñen amarguras, 
retruena el suelo en rededor. 
El último abismo de la infamia 
Ha encontrado al más fiero contendor.
Bañado en lluvia ácida, 
De la última batalla ya se huele el gran fregor.


Este es su universo, este es su infierno. 


Miles de explosiones en bolas de cristal,
Somos sólo células del infinito manto celestial. 
Ella ha llegado a extirpar el cáncer, 
a hacer valer la razón, 
a velar por entendimiento,
A expugnar el negro corazón.


Luego de que el ser humano aniquilara el cielo, 
Gracias al inconciente eufemismo del progreso; 
Cuando la industria y las bombas ahogaron nuestro aire,
Y nos prohibieron el oxígeno y la libertad. 


Cuando nos volvimos vampiros de nuestras propias almas
E involucionamos el ser, 
Ése que se alimenta de calaña a medio descomponer 
Y respira del ácido murmullo, de de un planeta moribundo.
Ahí, donde las almas en pena navegan la ciénaga del espanto, 
Llega ella y nos recuerda con su espada y el filo de su canto.


Cuando convertidos en demonios 
Subestimamos el poder infinito de Natura, 
Que sin mediar palabra baja nuevamente a nosotros
Y nos recuerda que Dios no es la cura.


Que el Universo existe y aunque sea éste el padre, 
¡Es ella su madre y creadora! 
¡Redentora, modeladora, protectora! 
Y cuando nos alzamos en veneno de avaricia y gula, 
¡Es ella también la vengadora!


El último encuentro terminó con la derrota del demonio, 
Que contra Natura perdió la cabeza,
La que bajó rodando a los pies de la portensosa Naturaleza, 
Como era de esperar. 
Y así tengan que pasar otros cientos, miles o millones;
Ella es dueña del tiempo,
Y de todo lo que en su espacio se quiera albergar.


Así, un nuevo mundo Natura ha creado, 
Y listo espera que lo vayamos a habitar...






A contaminar.






******






Fuegö, 2011. Micro Epopeyas.

4 comentarios:

  1. buena!!!! Un mundo nuevo creado!!!!
    Tu charlita = )

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  2. Natura es una de mis nuevas palabras favoritas.

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  3. El ser humano en su intento de controlar la naturaleza la domina, pero se olvida que es parte de ella, y así se convierte en el causante de su propia destrucción...
    A veces pienso que no estamos tan lejos de la realidad de “Un mundo feliz” de Aldous Huxley

    Te felicito por el blog, me encanta!!!

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  4. Muy interesante, el sistema maldito, ese que devora el ser y lo corrompe, que destruye el maravilloso equilibrio que sustenta la vida es tan poderoso que toda acción es como una gota de agua en el desierto, cuando son aisladas, pero muchas gotas pueden transformarse en un mar. La conciencia y la voluntad armas del justo...

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