The Ethereal Gaze.

''Our eyes intertwine through the haze,
Intoxicated by your bloodshot stare''. 




(Lovage)




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No se puede mentir mirando a los ojos. 
No existen palabras secretas que una mirada profunda no entienda. 
No hay momentos de silencio tan hermoso, 
Como aquellos que nuestras miradas ancladas tejieron una noche, sin remiendas.


Viaje alucinógeno al interior de tu mente, 
Donde me mostraste el lado oscuro de tu alma.
Viaje sin regreso al subconsciente,
Donde los corazones navegan en ciega calma.


Embobado de tu mirada imperecedera
Extasiado de tus sonrisas que ardían,
En respuesta a las preguntas verdaderas
Que de mis ojos a los tuyos salían.


Me abrazaste como un manto en tus miradas,
Descubriste algunas falencias y otros encantos.
Mantuviste firmes nuestras manos enlazadas,
Si siempre fueron menos los espantos.


Qué de culpas sediciosas,
En velo de miradas lascivas.
No hubo intenciones perniciosas
En medio de fumarolas sativas.


Penetrantes tales rayos de tormenta,
Que proceden por rumbos de ida.
Con el regreso siempre en cuenta,
Poniendo en ciega pausa la vida.


Enfrentados a estos ojos que atan,
Despiertan miedos por la injuria.
Esas miradas que a su vez matan,
Y que se placen en lujuria.


¿Cómo probar tu carne; 
Si aún no llega al fondo de tus miradas este pobre?
¿Cómo poder amarte;
Si aún no he aprendido yo a ser hombre?




¿Son reales acaso las visiones? 
¿Son concretas entonces las ilusiones?




¡Nuestras miradas albergaron mil canciones! 
Antes que nuestros ojos reclamaran dolientes por tanto ruido sin descanso.
¡Nuestro ojos absorbieron mil pasiones!
Antes que nuestras miradas descubrieran dementes su colapso.


Aquella noche aprendimos a amarnos en secreto y hablarnos en silencio, 
Cuando nuestros ojos jugaron en la habitación del tiempo. 
Y nos enseñaron que un contemplo etéreo también es perfecto,
Con miradas eternas; que se fueron con el viento...




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Fuegö, 2011.